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El jugoso negocio de aerolíneas que realizan deportaciones de migrantes desde Estados Unidos

Al igual que las empresas de cárceles privadas, las aerolíneas estadounidenses se frotan las manos con el plan de deportación de un millón de migrantes anunciado por Donald Trump. Sus negocios, como es usual en otras áreas del gobierno estadounidense, muestran una larga conexión entre sus ejecutivos y las cabezas del partido republicano. 

Incluso, CSI Aviation, una de las más beneficiadas, organizó un mitin de campaña de Trump antes de que asumiese la presidencia. 

Según datos de Witness at the Border, un grupo de defensa de los migrantes; ”ha habido más de 350 vuelos de deportación desde principios de 2025. Los vuelos parten de Mesa, Arizona; San Antonio, Texas; Alexandria, Luisiana; Harlingen, Texas; y Miami. Entre los países que han aceptado migrantes se encuentran Guatemala, Brasil, China, Colombia, Costa Rica, Honduras, India, México, Libia , Panamá y Venezuela. También se ha enviado a inmigrantes a la prisión de la Bahía de Guantánamo en Cuba y a la megacárcel Cecot en El Salvador. El número de vuelos en 2025 es solo ligeramente mayor que en 2024: según su análisis, hubo 134 vuelos de deportación en marzo, un aumento mínimo con respecto a marzo de 2024. 

Según Bloomberg , el número de vuelos nacionales que transportan inmigrantes aumentó un 25 % entre finales de enero y finales de marzo, en comparación con el mismo período de 2024. El número total de migrantes deportados debería ser de casi 50,000, si se tiene en cuenta que en cada vuelo parten 125 personas y se han realizado más de 350. Esta cifra está muy lejos de los 100 mil anunciados por el Departamento de Seguridad Nacional, lo que habla de que podrían haber 47 mil migrantes en centros de reclusión, según la cadena estadounidense NBC. 

El número total de migrantes deportados debería ser de casi 50,000, si se tiene en cuenta que en cada vuelo parten 125 personas y se han realizado más de 350

Para Thomas Cartwright de Witness at the Border, el uso de aviones militares carece de justificación operacional y responde más a motivaciones políticas para mostrar una respuesta “militar” a lo que el gobierno presenta como una “invasión”. Los vuelos militares, sin embargo, se suspendieron en marzo cuando los medios estadounidenses revelaron que eran muchos más caros que los fletados por la división aérea del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE Air). Este organismo, a cargo de la Secretaría de Seguridad Nacional, Kristi Noem, contrata a un corredor de aerolíneas para que éste a su vez flete vuelos charters a otras compañías privadas. 

En total, ICE Air tiene 12 aviones a disposición en todo Estados Unidos para su uso diario: se estima que realizan entre 60 y 70 vuelos cada semana. 

Una de las compañías más beneficiadas por esto es la corredora de aerolíneas CSI Aviation, quien firmó varios contratos con ICE Air por 650 millones de dólares, que incluye uno por deportación de migrantes por 219 millones, según la página oficial de gastos del gobierno estadounidense. El ICE modificó este acuerdo para aumentar los vuelos de deportación el mismo 1 de marzo en el que Donald Trump firmó la una orden ejecutiva que invoca la Ley de Enemigos Extranjeros para justificar la detención y expulsión de personas asociadas con la banda venezolana Tren de Aragua. 

El Proyecto de Supervisión Gubernamental, un organismo de control gubernamental, sostiene que CSI Aviation se ha beneficiado con 1.600 millones de dólares gracias a los contratos firmados con ICE Air desde 2005. El número podría haber sido mayor si el gobierno no hubiese rescindido un acuerdo a cinco años, firmado por la Administración Biden, luego de que Classic Air, su competidora, lo judicializara por sus “altos costos”. 

Pero CSI Aviation no es cualquier compañía, sino que pertenece al entramado de privados que rodean a Donald Trump. Allan Weh, su CEO y fundador, es un excoronel de la Marina estadounidense durante la Guerra de Vietnam conocido por haber sido presidente del partido republicano en Nuevo México y haberse postulado como gobernador en este estado en 2010, según el portal BallotPedia. Su hija y directora operativa de la empresa, Deborah Maestas, incluso participó en un intento de la campaña de Donald Trump para anular la elección presidencial de 2020 que lo sacó del poder. 

Weh y sus ejecutivos fueron, por supuesto, donantes republicanos en la última presidencial, según Open Secrets: “Él y su esposa, Rebecca, son donantes republicanos de larga data. En 2024, Allen Weh contribuyó con $150,100 al Comité Nacional Republicano. Rebecca Weh contribuyó con $165,200. Los individuos de la compañía contribuyeron con $330,300 al Comité Nacional Republicano, $50,000 al conservador Our Values PAC II y $16,626 a la campaña de Trump”. La compañía, además, organizó un mitin de Trump en Albuquerque, Nuevo México, durante su campaña. 

CSI Aviation, al igual que otras compañías, tiene una denuncia en su contra por maltrato a inmigrantes de Somalia durante un vuelo de deportación de 2017. 

CSI Aviation no es cualquier compañía, sino que pertenece al entramado de privados que rodean a Donald Trump. Allan Weh, su CEO y fundador, fue presidente del partido republicano en el estado de Nuevo México

Una de las principales empresas que subcontrata para los vuelos es GlobalX,  parte de Global Crossing Airlines Group, que también presta servicios a equipos deportivos y giras de Lady Gaga y Bad Bunny. Se estima que en 2024, GlobalX operó casi el 80 % de los 1564 vuelos de deportación del ICE, y que este año, por ejemplo, realizó uno hacia El Salvador con 238 personas, la mayoría venezolanos. La empresa espera obtener 65 millones de dólares en ingresos anuales gracias a un contrato con ICE Air firmado en 2023 para realizar “vuelos de emergencia”. Según Open Secrets: “el presidente ejecutivo de GlobalX, Chris Jamroz, contribuyó con 10.000 dólares al Partido Republicano de Wisconsin en 2022. Jamroz también contribuyó con 8.700 dólares a la campaña del senador Ron Johnson (republicano por Wisconsin) en 2022”. Jamroz participó en un acto de apoyo a Donald Trump en su campaña presidencial de 2016. 

GlobalX fue denunciada, además, por maltrato en un vuelo de deportación a Brasil cuando varios migrantes se desmayaron después de una falla en el aire acondicionada en uno de sus aviones. Otras compañías con lucrativos negocios con ICE Air son Avelo Airlens, Aircraft Transport Services y la división aérea del grupo de prisiones privadas, Geo Group, entre muchas otras. 

Mientras que la mayor competidora de CSI Aviation, como corredora de vuelos de deportación, es Classic Air, quien entre 2017 y 2023, tuvo un contrato con ICE Air por casi 885 millones de dólares. Su presidenta, Gwen Carson, donó a varios comités de campaña de Trump para su reelección. La compañía, en su anterior Administración, recibió un total de 340 millones de dólares. En uno de sus vuelos a Somalia, en diciembre de 2017, se registraron denuncias de 92 migrantes por haber sido víctimas de abusos. Según ellos, fueron “encadenados en sus muñecas, cintura y piernas durante más de 40 horas; obligados a orinar en biberones o sobre sí mismos”. Además, los abogados de estos migrantes señalaron que el personal de ICE pateó, golpeó y arrastró a los detenidos por el pasillo del avión de Classic Air.

El CEO y fundador de la compañía es Donald Moss, también máximo jefe de la aerolínea Sportsflight. Esta compañía fue subcontratada, después del 11 de septiembre, por Dyncorp para trasladar a varios “sospechosos de terrorismo” a las prisiones secretas de Agencia Central de Inteligencia (CIA). En estos lugares de encarcelamiento, buena parte de los encarcelados fueron torturados. 

Lo que muestra la verdadera brújula moral de los ejecutivos beneficiados por estos vuelos de deportación de migrantes.

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