El ferrocarril Chiapas-Mayab, nudo de intereses
El ferrocarril Chiapas-Mayab, que depende de la Subsecretaría del Transporte de STC que dirige Yuriria Mascott, sigue prácticamente inutilizado aun cuando su recuperación fue uno los principales proyectos 2014-2018 del Presidente Peña Nieto.
Este ferrocarril, que está en los hechos en quiebra operativa y financiera, ahora enfrenta obstáculos e intereses internos para ejecutar el proyecto de rescate, modernización y recuperación de eficiencias operativas que aun así se mantiene a marchas forzadas.
Desde 2006 cuando dejó en la ruina el huracán Stan a la línea de Chiapas, este ferrocarril estatal no ha podido recuperarse y actualmente han hecho crisis sus vías y, en consecuencia el tránsito de los trenes de Ferrosur que dirige Alfredo Casar.
Debido a los altos riegos en vías apenas se están logrando velocidades de 9 kilómetros por hora en tramos muy afectados.
Uno de los principales diques, para el FCH-Mes, es la línea de Campeche, donde los contratistas se han enfrentado a obstáculos derivados de grupos de interés locales que ejercen presiones a la Dirección de Operaciones del Ferrocarril del Istmo (FIT), que dirige Gustavo Vaca.
La SCT delegó al FIT la operación, explotación y mantenimiento de la infraestructura ferroviaria de las líneas de Chiapas y del Mayab, desde agosto de 2007, después de que el Ferrocarril Genesee & Wyoming, devolviera a Aarón Dychter la concesión de 30 años (sexenio de Calderón).
Actualmente la Coordinación de Operaciones en Campeche que tiene a cargo Enrique Juárez Morales enfrenta problemas de capacidad para ejecutar la colocación de más de 90 mil durmientes, desarrollo de drenajes, terracerías, entre muchas otros trabajos.
Como efecto de ello, los trenes de Ferrosur que recorren la línea del Mayab (Mérida-Campeche-Coatzacoalcos) mediante derechos de paso siguen registrando accidentes pese a la baja velocidad, con altos riesgos de accidentarse, ya que mueven principalmente combustibles.
La inversión estatal del Proyecto Tren Transpeninsular para el movimiento abarca 163 mil 324 millones de pesos, que incluye modernizar y dejar operativos más de mil 537 kilómetros de vía del FCH-M y 207 kilómetros del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
Únicamente el plan de rehabilitación de este sistema del Sureste que abarca los estados de Yucatán, Campeche y Chiapas fue etiquetado con 6 mil 58 millones de pesos como parte de la “estrategia transversal Sur-Sureste” del Plan Nacional de Desarrollo.
Por si fuera poco, el titular de la Agencia Federal del Transporte Ferroviario (ARTF), Benjamín Alemán, destinará 30.8 millones de pesos más para el estudio de integración de estas vías al sistema ferroviario. Mucha dinero, pero el tren nomás no jala por los intereses regionales.
AMPARO. El Centro Mexicano de Derecho Ambiental y El Poder del Consumidor interpusieron a principios del mes de agosto amparos en contra del Acuerdo modificatorio a la NOM-016-CRE-2016, especificaciones de calidad de los petrolíferos, el cual, además de incrementar el porcentaje de etanol en gasolinas, aprueba medidas más laxas para la protección del medio ambiente en términos de emisiones a la atmósfera derivadas del uso de combustibles fósiles.
Fuente Crónica / Julio Brito