Cómo el transporte marítimo se puede afrontar la era digital
La llegada de tecnologías digitales está revolucionando al mundo, con impactos impensados en todas las industrias. El transporte de carga contenerizada no es la excepción, y “a medio siglo de la creación del contenedor ha llegado el momento de repensar el futuro del negocio de la mano de la incorporación de tecnología digital, big data y El Internet de las Cosas”, según expresa un análisis de la consultora McKinsey, que propone una visión de largo plazo con la integración de los avances del futuro.
De acuerdo a las proyecciones de la consultora, basadas en los avances tecnológicos actuales, las navieras deberán desarrollar tres focos con miras al futuro: inversión en tecnologías digitales, incorporación de las innovaciones en todos los niveles de la cadena de valor y, en tercer lugar, ser atrevidas y estar alerta a las nuevas tecnologías sin miedo a adoptarlas.
Contenedor futurista
En 50 años, McKinsey ve la industria dominada por naves automatizadas que surcarán los mares, acompañadas de contenedores flotantes tal cual drones, los cuales transportarán un volumen entre dos a cinco veces el actual.
El escenario descrito se enfoca en las grandes magnitudes generadas por el alcance digital. La integración del tráfico de corta distancia aumentará a medida que los ingresos, automatización y la robótica dispersen la huella de la manufactura. Los flujos de contenedores dentro del lejano este, seguirán siendo de gran envergadura, mientras que la segunda ruta más grande tendrá alguna relación con la región africana, siempre con conexión con el sur de Asia.
Oferta y transporte digital
El futuro también estará marcado por un doloroso historial de ciclos de sobreoferta-baja demanda, el que como resultado generará apenas tres o cuatro grandes navieras/alianzas, las cuales se apoyarán en el valor agregado de la tecnología digital. El enfoque hacia el cliente será la clave en términos de innovación comercial junto con la integración permanente del conocimiento digital con la experiencia offline.
McKinsey augura la desaparición del negocio de freight forwarding como tal, pasando a convertirse en un eslabón dentro de la cadena logística digital, la cual reducirá cada vez más la necesidad de intermediarios. Toda la experiencia comercial será digital junto con la cadena de transporte que incorporará servicios de estibado, almacenaje y navegación realizados por una combinación de camiones automatizados y drones.
Existirá una oferta premium de servicios logísticos de contenedores con cadenas de suministro que se integran al negocio del cliente, mientras otros continuarán buscando el transporte más barato. Sin embargo, ambos clientes querrán transparencia y confiabilidad en el servicio, sin importar el precio final.
Sin duda, son desafíos de largo aliento, pero la dificultad o facilidad para adaptarse solo dependerá de qué tan pronto el proveedor se suba al carro de la modernidad digital.
Por MundoMaritimo