Análisis de tiempos de espera para camiones de carga en puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas

Los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas son dos de los principales puntos de entrada y salida de mercancías en México. Sin embargo, en los últimos años, ambos han enfrentado desafíos relacionados con los tiempos de espera para los camiones de carga, afectando la eficiencia logística y generando costos adicionales para las empresas de transporte.
Puerto de Manzanillo
En el puerto de Manzanillo, las largas filas de camiones han sido una constante preocupación. Según datos recopilados, el tiempo promedio para que un camión complete el circuito de ingreso, carga/descarga y salida es de aproximadamente cinco horas. De este tiempo, cerca de tres horas se destinan a la inspección aduanera, mientras que el resto se divide entre el ingreso al puerto y las maniobras dentro de la terminal.
Para abordar esta problemática, se han implementado diversas iniciativas. Una de ellas es la construcción de una nueva vialidad de 2.5 kilómetros que conectará el libramiento Manzanillo-Puerto Vallarta con el acceso norte del recinto portuario. Este proyecto busca descongestionar las vías actuales y mejorar el flujo de vehículos de carga.
Puerto de Lázaro Cárdenas
En Lázaro Cárdenas, los tiempos de espera también han sido motivo de preocupación. El tiempo promedio para que un camión complete el circuito completo en este puerto es de cinco horas y 45 minutos.
Para mejorar la eficiencia operativa, APM Terminals Lázaro Cárdenas invirtió 14 millones de dólares en la adquisición de 14 “shuttle carriers” de última generación. Estos equipos, con capacidad para manejar hasta 50 toneladas y apilar dos contenedores, están diseñados para optimizar las operaciones de carga y descarga, reduciendo los tiempos de espera de los camiones externos y mejorando el flujo logístico en el puerto.
Los tiempos de espera en los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas representan un desafío significativo para la logística y el comercio en México. Las inversiones en infraestructura y tecnología son pasos positivos hacia la mejora de la eficiencia operativa. Sin embargo, es esencial continuar implementando estrategias integrales que aborden las causas subyacentes de las demoras y fortalezcan la competitividad de estos importantes nodos logísticos.