PROFECO en el choque de las aerolíneas con los derechos del pasajeros
México está tratando de aplicar mano dura con las tarifas de las aerolíneas y las demoras en los vuelos. Las empresas aéreas no quieren ni siquiera pensarlo.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) multó a cinco líneas aéreas, incluida JetBlue con sede en Nueva York, por un total de 22.4 millones de pesos (1.27 millones de dólares) por supuestas transgresiones como cobrar a los viajeros por despachar una primera maleta.
La entidad, que no suele enfrentarse a las grandes corporaciones, también está fiscalizando si las líneas aéreas cumplen con un nuevo requisito de indemnizar a los pasajeros cuando los vuelos sufren demoras importantes.
La pregunta es si Profeco puede hacer que las multas se paguen y ganar la batalla ante un recurso judicial presentado por las aerolíneas en los tribunales mexicanos.
Las empresas aéreas todavía cobran por facturar equipaje en los vuelos a los Estados Unidos y Canadá, diciendo que un tratado internacional se impone a las nuevas leyes.
Las compañías no accedieron a informar si han pagado algún gravamen dispuesto por la procuraduría.
Esto hace de Ciudad de México el último frente en el choque entre los derechos de los pasajeros y las tarifas de las aerolíneas.
“En este caso se enfrenta la libertad económica de las líneas aéreas para hacer negocios con una gran parte de la población que usa esos servicios”, dijo Julio Salazar, director legal de El Poder del Consumidor, organización de defensa de derechos que apoya el esfuerzo para limitar las tarifas.
Profeco no accedió a efectuar declaraciones, haciendo referencia a la disputa judicial en curso. Tres de las compañías multadas, Grupo Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus, tampoco accedieron a efectuar declaraciones. Interjet no respondió un pedido de comentarios. JetBlue refirió las preguntas a Airlines for America (A4A), el grupo de lobby de las grandes aerolíneas de Estados Unidos.
Preocupación de las líneas aéreas
“A4A se ha comunicado con los funcionarios tanto del gobierno mexicano como del estadounidense para expresar nuestra preocupación por el efecto de las nuevas normas referidas a las tarifas por el equipaje despachado en el acuerdo de servicios aéreos entre Estados Unidos y México”, dijo Kathy Allen, portavoz de A4A.
“Seguimos comprometidos con garantizar que se respeten los derechos de las empresas aéreas estadounidenses”.
El quid de la cuestión es si la constitución mexicana reconoce los derechos del consumidor como derechos humanos, como interpretan algunos estudiosos.
El tratado internacional dice que las líneas aéreas tienen libertad para fijar sus propios modelos de precios de acuerdo con los principios del mercado. El conflicto significa que el caso podría llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dijo Salazar.
“Esto se reducirá a la capacidad de Profeco para litigar ante los tribunales”, señaló. La resolución de la disputa podría llevar más de un año, según Salazar.
Profeco al menos tocó una fibra sensible en los medios sociales en tanto los consumidores aplaudieron que tuviera una postura más dura.
Las líneas aéreas han sido objeto de una corriente constante de titulares negativos, en especial en Estados Unidos, donde el video de funcionarios de seguridad de Chicago sacando a un hombre a rastras de un vuelo regional de United Airlines provocó la indignación del público.
Sin embargo, podría haber un inconveniente para los pasajeros. Deshacerse de las tarifas de equipaje presionaría a las aerolíneas para que aumenten las tarifas, dijo Mauricio Martínez, analista de Grupo Bursatil Mexicano.
Los pasajeros aéreos totales de México han aumentado desde 2006, cuando compañías de bajo costo como Volaris entraron al mercado y ganaron muchos clientes que solían viajar en los autobuses largas distancias.
“Si una aerolínea no está autorizada a cobrar por el equipaje por separado, el costo del boleto lo tiene que absorber, lo que resulta en un mayor precio total” para aquellos que no viajan con equipaje, dijo. “No son sólo las empresas mexicanas que se mueven a este modelo, es una tendencia de la industria”.
fuente El Financiero