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Nuevas rutas comerciales conectan ya Sudamérica con China

Si ya en el pasado era importante contar con rutas comerciales que fueran capaces de mover mercancías desde lugares lejanos, hoy en día es una necesidad para satisfacer la demanda global de productos en los lineales.

China, que hasta ahora era el gran proveedor de ciertos sectores, apostaba por el transporte, principalmente marítimo o ferroviario, para hacer llegar sus producciones al mundo, pero la pandemia cambió bastante la forma de entender este tipo de ruta, haciendo del transporte terrestre una alternativa más viable para colocar los productos en destino.

Gracias a las nuevas tecnologías, además, es mucho más sencillo dar seguimiento a los camiones y a su carga, siendo uno de los sectores que más está apostando por la digitalización y automatización de procesos desde cabina. El uso de la Inteligencia Artificial, el seguimiento vía gps, las imágenes que pueden almacenarse en la nube vía dash cam o el mandado ELD son solo algunas de las principales novedades que se ven en los vehículos y que han cambiado la forma de operar de las empresas para estar al día.

Volviendo a las rutas, el gigante asiático ha visto cómo, de no ser por nuevos acuerdos y nuevas aperturas de ruta, su influencia en el comercio global si finalmente se localizan fábricas de cercanía se iba a ver comprometido.

De ahí que haya ido abriendo nuevas rutas terrestres que mueven sus producciones desde su territorio a Europa, Asia central o incluso Sudamérica.

Pero, ¿cuál sería esa nueva ruta de la seda versión sudamericana? En primer lugar se sumó al proyecto Panamá. Este país, que lleva años siendo pionero a nivel comercial y apostando por su canal como uno de los puntos de conexión comerciales del mundo con el continente americano.

“Panamá ha dado el primer paso de los nuevos acuerdos y rutas con China. Pero detrás de él se han sumado el resto. Trasladar la gestión logística de los pedidos Made in China a Sudamérica puede ser clave para conseguir controlar también el comercio más local y hacerlo competitivo” explican desde el sector logístico.

Y es que, de unos años a esta parte, los países de Latinoamérica y México, desde Centroamérica, están apostando fuerte por ser enclave de fábrica e industria que sea capaz de abastecer las necesidades y demandas del mercado continental.

Si México ha sido el socio comercial de Estados Unidos desde siempre, la capacidad de llevar por sus carreteras productos que partan del resto de países del cono sur será clave para conseguir pedidos más rápidos y dar salida a las producciones locales que pueden cambiar, finalmente, la economía del continente con los productos de proximidad.

Aunque la inversión china por hacerse con una red comercial en esta zona del planeta es clara y cara, puesto que están aportando grandes cantidades de dinero para actualizar las rutas, los países sudamericanos no deben dejar pasar la oportunidad de que sus productos acaben siguiendo la ruta inversa hacia regiones del país asiático.

“Se está creando una importante sinergia que va a servir también para posicionar los productos más típicos de esta zona, incluidos los tropicales, en el mercado chino. Es clave seguir apostando por la creación de un sector de transporte ágil, moderno y, sobre todo, que responda a las opciones tecnológicas más innovadoras” explican.

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