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Inteligencia criminal en las carreteras: así eligen los ladrones los asaltos a operadores

El robo de carga en carreteras mexicanas se ha convertido en una sofisticada operación delictiva que va mucho más allá del asalto improvisado. Bandas especializadas operan con inteligencia previa, seguimiento táctico y violencia, eligiendo sus objetivos con precisión quirúrgica.

📍 ¿Cómo eligen a qué tráiler atacar?

  1. Selección de objetivos por tipo de mercancía
    • Las bandas saben que no toda carga es igual. Priorizan los embarques con alta demanda en el mercado negro: tequila premium, calzado deportivo de marca, teléfonos celulares, pantallas, y farmacéuticos.
    • La información proviene de informantes dentro de las empresas (choferes, empleados de almacén o monitoreo), y del análisis de rutas y horarios habituales.
  2. Monitoreo y vigilancia en origen
    • Las bandas establecen vigilancia en patios de carga y centros logísticos para identificar salidas, placas de tractocamiones y horarios clave.
    • En muchos casos, siguen los vehículos desde su origen con unidades ligeras que mantienen contacto visual hasta encontrar el punto más vulnerable.
  3. Infiltración y manipulación interna
    • Hay reportes de infiltración directa: empleados que proporcionan datos clave como qué tipo de carga lleva cada unidad, su destino, si hay escolta o no, y si el GPS está activo.
    • A veces se manipula la guía de embarque o se hacen cambios de última hora para despistar a la seguridad de las propias empresas.
  4. Uso de inhibidores de señal y violencia
    • Durante el asalto, los delincuentes usan inhibidores de GPS para evitar que las unidades sean rastreadas.
    • Se presentan con armas, detienen el tráiler en movimiento o en puntos críticos (retornos, curvas, casetas), y someten al operador.
    • Algunos conductores son liberados horas después, otros incluso son retenidos hasta que el vehículo es desmantelado o llevado a un punto de descarga.
  5. Descarga inmediata y redes de distribución
    • La carga robada se traslada rápidamente a bodegas clandestinas o puntos de redistribución donde es dividida y vendida, incluso por plataformas en línea o mercados físicos.
    • El robo se ejecuta en menos de 30 minutos, y las mercancías pueden estar ya en puntos de venta en menos de 24 horas.

🔍 Cambios en el patrón delictivo

Antes, los robos eran más frecuentes en zonas como el Estado de México, Puebla y Veracruz. Hoy, se extienden hacia rutas menos vigiladas, incluso cerca de parques industriales en Jalisco, Guanajuato y Querétaro. También ha aumentado el número de atracos en fines de semana o en días feriados, cuando hay menos vigilancia estatal.

🛡️ La respuesta empresarial

Empresas como GRT Transportation han optado por rutas exclusivas para exportación, evitando tramos nacionales hasta cruzar a EE. UU. Otras invierten en escoltas privadas, dobles operadores, seguimiento satelital redundante, y seguros de cobertura amplia (aunque muchos transportistas aún no aseguran toda su mercancía por costos).

Conclusión

El robo de carga en México no es casual. Es una industria paralela operada con logística, inteligencia y violencia. Las bandas delictivas ya no “se topan” con un tráiler; lo buscan, lo siguen y lo cazan con precisión. Las empresas deben invertir en tecnología, procesos y seguridad humana para evitar ser la próxima víctima.

¿La meta de las bandas? No sólo robar un camión, sino capturar su valor de mercado… antes de que alguien se dé cuenta.

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