Crónica de una muerte anunciada; el caso de la nueva Mexicana de Aviación
Mexicana, La aerolínea que el gobierno de AMLO resucitó de entre los muertos esta en fase de extinción. Con apenas dos aeronaves, un puñado de rutas rentables y flacas ganancias frente a sus competidores privados, el proyecto aéreo bandera del sexenio anterior se tambalea a poco más de un año de alzar el vuelo. La paraestatal informó este fin de semana la cancelación de 8 de sus 17 trayectos.
A partir de este mes, la aerolínea estatal, que prometía ser una opción de bajo costo, ha dejado de volar a Acapulco, Campeche, Uruapan, Puerto Vallarta, entre otros destinos. Con la llegada del nuevo Gobierno, la compañía ha dado un viraje que tiene como fondo principal la revisión del convenio de arrendamiento de las aeronaves entre la Administración federal y su arrendataria, la aerolínea regional Transportes Aéreos Regionales (TAR). La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó de que esta suspensión forma parte de una planeación estratégica de 2025. “Se está haciendo una revisión de cuáles son las rutas con más y menos pasajeros. Esta misma semana me van a presentar el plan maestro de la empresa. Mexicana va a seguir volando”, declaró la mandataria este lunes, en Palacio Nacional.
Desde su arranque, el horizonte de la nueva Mexicana, gestionada por las Fuerzas Armadas, no se vislumbraba alentador. El férreo anhelo del entonces mandatario Andrés Manuel López Obrador por echar a andar una aerolínea estatal para plantar cara a las empresas privadas como Aeroméxico y Volaris llevó a esa Administración a dar el banderazo de salida con prisas y a marchas forzadas. El proyecto inicial perfilaba el arrendamiento de 10 aeronaves Boeing 737, pero las condiciones de mercado impidieron cerrar el acuerdo. Finalmente, el corte de listón se realizó en diciembre de 2023 con tres aviones militares y dos equipos arrendados a TAR. Fuentes allegadas a ese convenio inicial aseguran que el convenio de alquiler era sumamente atractivo para la arrendataria y perjudicial para el Gobierno federal. Aun así, la entonces plana mayor del gabinete, encabezado por López Obrador, anunció el despegue de Mexicana, así como una ambiciosa meta de transportar hasta tres millones de pasajeros anuales.
Este objetivo se ha quedado en el papel. En un año de operaciones, la aerolínea apenas ha transportado a 382.000 pasajeros, lo que supone una participación del 0,5% del mercado nacional. De acuerdo con las cifras oficiales, el factor de ocupación de sus vuelos ronda entre un 45% y un 47%, mientras que las aerolíneas privadas elevan este porcentaje por encima del 85%. De enero a septiembre de este año, los gastos de operación de Mexicana rebasaron los 1.700 millones de pesos, mientras que del lado de los ingresos, la paraestatal recaudó 243,1 millones de pesos por la venta de boletos y recibió del Gobierno recursos por más de 1.474 millones de pesos, así como otras aportaciones fiscales. En el balance, y gracias a las aportaciones federales, la compañía registró en los primeros meses de 2024 un saldo a favor de 542,2 millones de pesos.
Aunque su participación en el sector no llega ni al 1% del mercado nacional, las más recientes Administraciones federales no han escatimado en el desembolso de recursos para hacer despegar y sostener uno de los proyectos icónicos de la autodenominada Cuarta Transformación. Para el arranque del proyecto, el Gobierno de López Obrador erogó 4.000 millones de pesos. Después, el Congreso autorizó un presupuesto de 8.340 millones de pesos para su operación en 2024. Aunado a este recurso, en abril pasado la dirección de la aerolínea anunció una inversión adicional de 21.000 millones de pesos para adquirir 20 aeronaves en los próximos tres años de la firma brasileña, Embraer, mismos que comenzarán a llegar, por plazos, a partir de este año.
Fuente El País