Coronavirus ya le complicó el año a las aerolíneas
El efecto dominó provocado por la crisis del coronavirus no cesa. Si el miércoles eran las empresas estibadoras españolas las que avisaban de una importante caída de la actividad por la parálisis en China, ayer fue la Asociación Internacional de las Líneas Aéreas (IATA en sus siglas en inglés) la que alertó de la primera bajada en la demanda mundial de vuelos desde la crisis económica de hace una década. Una situación que comportará una importante disminución de ingresos.
“Este será un año muy difícil para las aerolíneas”, afirmó Alexandre de Juniac, director general y consejero delegado de IATA, en un comunicado. El primer análisis de la asociación aérea sobre el impacto del coronavirus señala que el tráfico global de pasajeros se reducirá en un 4,7%, echando por tierra las previsiones de crecimiento hechas públicas hace sólo dos meses. Esto supondrá, según cálculos de la IATA, una disminución de ingresos de 27.150 millones de euros en todo el mundo.
Este será un año muy difícil para las aerolíneas”
Alexandre de Juniac Director general y consejero delegado de IATA
Para su análisis, las aerolíneas han tomado como referencia el impacto de la crisis del SARS del 2003 y los efectos que ya está teniendo el actual parón chino sobre el sector aéreo. Compañías de todo el mundo –como Iberia o British Airways, pertenecientes al grupo IAG– han cancelado de forma temporal sus vuelos al país asiático, donde el 80% de la flota nacional permanece en tierra, según datos de Bloomberg. Las rutas internacionales con China casi han desaparecido y el número de asientos ofrecidos por las aerolíneas ha caído en picado –1,7 millones de asientos menos desde entre el 20 de enero y el 17 de febrero, indica la consultora OAG–. Las aerolíneas chinas han recortado en 10,4 millones el número de asientos en su país.
La peor parte de la crisis se la llevará, como era de esperar, el área de Asia-Pacífico. La IATA advierte de una disminución de ingresos de 11.800 millones de euros en China, mientras que fuera de la zona de Asia, la reducción de ingresos de las aerolíneas llegaría a los 1.390 millones –Air France-KLM informó ayer mismo de que la suspensión de vuelos con China recortará su beneficio entre 150 y 200 millones de euros–. Todo ello, si la crisis del coronavirus se comporta como la del SARS. Entonces, las aerolíneas sufrieron una caída de la actividad de seis meses, tras los cuales se produjo una rápida recuperación.
El 80% de los vuelos internacionales con China se han suspendido
La crisis del coronavirus ha roto todas las previsiones de las aerolíneas. La industria contaba con un aumento constante de la demanda mundial. En un informe del año 2017 explicaba que esta podía llegar a duplicarse en los próximos 20 años desde los 3.300 millones has-ta los 6.700 millones de pasajeros.
Contaban precisamente con el tirón de la región Asia-Pacífico, que, según sus cálculos, aportará cerca de 2.000 millones de nuevos clientes dispuestos a subirse a un avión, a raíz de la consolidación de una clase media en China. Con estos planes de futuro, China ya se habrá situado como el mayor mercado mundial de la aviación en el 2036. Todo ello, basado en estudios y proyecciones. La realidad es más complicada y está llena de incertidumbre, como se ha vuelto a demostrar ahora.