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Toma de casetas en Oaxaca deja pérdidas que ni Capufe puede estimar

José militó cinco años en la organización Frente Popular 14 de Junio, y en sólo un año participó en 15 ocasiones en la toma de casetas de peaje de Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe) que se encuentra sobre la supercarretera Oaxaca-Cuacnopalan.

Aquel año los bloqueos a las casetas se realizaban por la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, pero en realidad los motivos eran diversos.

Sólo entre 2010 y 2018, la caseta de cobro de Huitzo —la primera de esa vía que sale de la capital— fue tomada en 442 ocasiones por diversas organizaciones, sindicatos, estudiantes y comunidades, según cifras de Capufe. A ellas se suman otras 207 tomas de la plaza de cobro de Suchixtlahuaca, anteriormente conocida como caseta de Coixtlahuaca.

Entre ambas suman 649 tomas en nueve años; sin embargo, podrían ser más, puesto que la información y archivos de Capufe fueron quemados el 19 de junio de 2016 durante el desalojo contra la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que mantenía un bloqueo en la autopista de Nochixtlán.

“Un grupo de personas irrumpieron de forma violenta las oficinas de la Gerencia de Tramo Oaxaca, responsable de las plazas de cobro, causando daños y quema de las mismas junto con toda la información y archivos (…) se levantó un acta ante el Ministerio Público Federal narrando los hechos y formulando la denuncia en contra de quien resulte responsable”, precisa la dependencia.

En total, en esos años han sido 671 las denuncias interpuestas por la Dirección Jurídica de Capufe, por el delito de ataques a las vías generales de comunicación: 453 por las tomas de la caseta de Huitzo y 218 denuncias por las de Suchixtlahuaca.

La planeacíón

De acuerdo al relato de José (nombre ficticio), la toma de una caseta es una labor planeada. En su grupo las acciones comienzan por la madrugada, cuando los integrantes se concentran en la Ciudad Universitaria de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), donde la organización tenía personas afines; pocas de ellas estudiantes.

La intención era estar antes de las siete de la mañana en la caseta de cobro de Huitzo para llegar antes que cualquier otro grupo y, por lo menos, apoderarse uno de los lados de la caseta: el lado con dirección a la ciudad de Oaxaca, que es donde había la mayor circulación de vehículos.

Junto con otros dos, José se encargaba de juntar más personas para la toma, la mayoría jóvenes que no sólo pertenecían al frente, sino que también eran miembros de pandillas.

Una de las indicaciones, relata, era que no fueran vestidos como “cholos” porque el objetivo era simular que eran estudiantes. Les entregaba una hoja con consignas y un texto por si alguien, entre ellos periodistas, les preguntaban el motivo de la protesta. También se llevaban botes debidamente sellados para la recolección del dinero de los automovilistas.

La cuota era de 50 pesos por vehículo, pero si era un chofer de tráiler se le podían “bajar” hasta 100 pesos de “cooperación voluntaria”. Cada uno de los encargados del grupo era responsable de uno de los botes para la recolección; además, había uno extra que era exclusivamente para el líder de la organización, aunque nunca supo quién era el dirigente.

La toma de la caseta, dice, duraba en promedio tres horas: desde las siete y hasta las 10 de la mañana. Sólo duraban hasta cuatro horas cuando “el día era malo” y la recaudación, escasa. En ese tiempo llegaban a recolectar entre 80 mil y 100 mil pesos.

Uno de los botes, que José calcula contenía unos 30 mil pesos, se entregaba sellado al líder. El resto del dinero se repartía entre los encargados de grupo, quienes a su vez repartían el dinero entre los participantes. Les tocaba mil pesos a cada uno.

Aunque Capufe asegura que no cuenta con información sobre las pérdidas económicas por cada una de las tomas de casetas, pues “no obra en los archivos”, si se toman en cuenta los 80 mil pesos que José asegura que se recolectan en tres horas, la afectación aproximada por las 649 tomas ascendería a 51.9 millones de pesos.

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