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Tiempos de inspección en la aduana de Estados Unidos se triplicó desde la llegada de Trump

Mientras tanto, la congestión en los cruces fronterizos se intensifica. Según la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), los tiempos de inspección se triplicaron desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, especialmente en puntos clave como Nuevo Laredo, Ciudad Juárez y Tijuana.

El 80% del comercio terrestre entre México y Estados Unidos se transporta en camiones, según la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT). Durante los dos días en que los aranceles estuvieron vigentes, la Canacar estima que unos 200,000 camiones enfrentaron retrasos y ajustes en la cadena productiva.

El impacto de esta volatilidad no es menor. Camilo Mora, catedrático del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y especialista en logística, señala que estos sobrecostos ya son evidentes en el sector.

“Es difícil dar un número o un porcentaje, pero esto sucede, y si nos vamos a la teoría, toda esta incertidumbre en los diferentes eslabones de la cadena de suministro genera lo que se llama el efecto látigo, en donde al final se presentan los mayores cambios: esas pequeñas modificaciones del principio traen consigo mayores cambios al final de la cadena de suministro”, explica Mora.

Las empresas comienzan a reaccionar. Claudia A. Connelly, directora de Atención Aduanera y Asuntos Internacionales en la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), comenta que las empresas ahora buscan mayor coordinación con transportistas, importadores y otros actores de la cadena de suministro para reducir costos y optimizar tiempos de entrega.

“La incertidumbre también genera costos de transacción, porque no sabemos si vamos a cotizar con aranceles o sin aranceles, y todo lo que implicaría a lo largo de la cadena de suministro”, advierte Connelly.

La acumulación de inventarios genera gastos adicionales de almacenamiento y administración de mercancías inmovilizadas. Aunque el mayor efecto de esta crisis podría reflejarse en el consumidor final estadounidense, quien enfrentará precios más altos en ciertos productos, las empresas tienen que ajustar sus operaciones para mantener su competitividad.

“Si las empresas quieren competir, con el incremento en los costos de ciertos puntos, van a tener que buscar maneras de hacer más eficientes sus operaciones”, señala Mora.

Fuente Expansión

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