Relevos a distancia. Así es como el manejo teledirigido revolucionaría al autotransporte
La autonomía de los vehículos del futuro es otro ejemplo de la diversificación y evolución que sufrirá invariablemente el sector del autotransporte de carga en el futuro.
Una alternativa a la conducción manual y autónoma es la que está siendo desarrollada actualmente en algunas partes del mundo: la conducción teledirigida.
Sí, en efecto, la mayoría de los especialistas en el mundo consideran que el vehículo autónomo será en realidad uno que sea rigurosamente 100% teledirigido.
¿Manejo por control remoto?
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Transporte, IMT, ésta tecnología consiste en que una persona a kilómetros de distancia del vehículo (teleconductor), dirige los mandos de éste y lo conduce al lugar de destino.
De esta manera, el vehículo puede utilizarse para realizar el servicio de vehículo compartido, sin que vaya físicamente ningún conductor en el volante del mismo.
Al acercarse al lugar de destino, el cliente toma el control de la máquina y continúa con la marcha. Al finalizar el viaje el conductor no tiene que preocuparse por buscar estacionamiento ya que remotamente el vehículo será trasladado al siguiente usuario.
La flota cuenta con una avanzada tecnología cuyos sensores y cámaras de realidad aumentada permiten al operador conducir de manera segura. Además, los teleconductores están equipados con volantes, pedales, limitadores de velocidad y pantallas con visión de 360º para evitar los puntos ciegos.
En varias partes del mundo se están probando distintos métodos. Por ejemplo, los teleoperadores de la empresa de carsharing Vay en Berlin, controlan cada uno de los vehículos de su flota de alquiler a través de un volante, pedales y una gran pantalla con visión de 360 grados.
¿Qué componente debe traer la unidad para el manejo teledirigido?
-GPS: Los sistemas de geo-posicionamiento, muy utilizados hoy en día en múltiples aplicaciones, son los encargados de señalar al vehículo su posición, definiendo de esta manera la trayectoria que debe seguir para llegar al destino.
-Radares: El vehículo incorpora radares que tienen como objetivo detectar los obstáculos que pueda haber en el trayecto del mismo, con alcances de detección a distancias de cien metros o más del vehículo.
-Cámaras: Un conjunto de cámaras de video se encargan de identificar las señales de tránsito, las marcas que hay en la carretera y otros elementos fijos o móviles presentes en el entorno vial.
-Lidar: Este tipo de radar, que funciona mediante la emisión de un haz de luz láser, se sitúa en la parte más alta del vehículo, el Lidar gira permitiendo generar un perfil del entorno en el cual se encuentra el vehículo,.
-Procesador: Se encarga de procesar rápidamente toda la información captada por los anteriores elementos, para indicar las acciones a ejecutar.
Como ejemplo, se estima que el tiempo de reacción media de algunas personas para accionar los frenos es de poco menos de dos segundos, mientras que el de un vehículo autónomo, gracias a su capacidad de su sistema de procesamiento, es de tan sólo 3 décimas de segundo.
La conducción autónoma es prácticamente una realidad. Aunque su introducción en el mercado será paulatina, no se puede descartar que está muy cerca, por lo que en las próximas décadas tomará gran importancia.
México no estará exento, por lo que es adecuado que se comience a preparar el camino, lo cual implicara el establecimiento de la normativa necesaria para tal caso, la creación de las leyes de responsabilidad jurídica, así como, la adecuación de la infraestructura carretera para poder albergar esta tecnología.