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Rastrillo 2.0. Así funciona el nuevo ‘dispositivo’ para robar en gasolineras

Como te lo informamos hace unos días, el Procurador Federal del Consumidor, Ricardo Sheffield Padilla, advirtió sobre el hallazgo en Huetamo, Michoacán, del primer ‘rastrillo’ que altera a distancia el flujo de combustible en gasolineras.

El titular de la Profeco detalló que este dispositivo electrónico se encontró en la gasolinera con número de permiso PL/13591/EXP/ES/2016.

“Este es el primer rastrillo versión siglo XXI que descubrimos, que permite que cualquier persona pueda controlar el flujo de combustible que entrega la bomba y alterarlo a distancia, ya que se puede estar en Tijuana y la gasolinera en Mérida”, señaló.

Este tipo de aparato no es el ‘rastrillo’ que se enseñaba antes, es decir, un ‘parche’ en la tarjeta madre de la bomba despachadora, sino que es algo mucho más avanzado.

La Profeco ya había identificado su uso hace un par de años, aunque ahora se dio cuenta que el sistema posee una tecnología más sofisticada que permite manejarlo a distancia.

¿Cómo opera el rastrillo 2.0?

La mayoría de los ‘rastrillos’ usados hasta ahora, empleaban un módulo de radio Xbee, es decir una solución integrada que brinda un medio inalámbrico para la interconexión y comunicación entre dispositivos.

Además de su facilidad de uso y bajo consumo, este tipo de radios están ideados para aplicaciones que requieren de un alto tráfico de datos. Gracias a que cuenta con entradas y salidas digitales y analógicas, se puede controlar a distancia la cantidad de litros suministrados.

No obstante, el nuevo hardware identificado en Huetamo, Michoacán, parece que ha relevado el radio Xbee por uno más diminuto y con mayor y mejor alcance.

A diferencia del ‘rastrillo’ que se colocaba generalmente en la tarjeta madre, el nuevo componente electrónico está instalado en la parte posterior del despachador (pulsador) y que es el último aparato que controla la relación entre la manguera y el medidor de litros que puede ver el consumidor.

Este pequeño dispositivo (del tamaño de la cabeza de un alfiler y que puede colocarse en cualquier producto), pasa desapercibido o ‘camuflajeado’ al ajustarse perfectamente a los demás elementos.

Para que la tecnología RFID (Radio Frequency Identification), funcione se requiere de una etiqueta electrónica o tag, un lector de tags y una base de datos. 

Las etiquetas electrónicas poseen un microchip incorporado que almacena el código único identificativo del producto al que van unidas.

El lector envía una serie de ondas de radiofrecuencia al tag, que éste capta a través de una pequeña antena. 

De esta manera cualquiera puede operar el suministro desde su celular u otro dispositivo y en cualquier lugar. Ellos ya determinan si le rasuran un litro por cada 20 o medio litro por cada 20 o dos litros por cada 20.

La Profeco sólo podrá saber el parámetro en una sola bomba, y ese momento es cuando realiza la verificación antes de que active el dispositivo.

El propio procurador ha indicado que los fabricantes de las bombas despachadoras podrían estar inmiscuidos en el diseño del dispositivo, debido a la manera tan exacta en que se adapta a la tarjeta original.

“Aparentemente no es pirata, porque pareciera que en el mercado negro el mismo fabricante de la bomba está vendiendo por abajo del agua el rastrillo”sentenció Sheffield Padilla hace algunos meses.

Se estima que, con el simple toque de un botón, se logra suministrar hasta 17% menos de gasolina al solicitado en los centros de servicio del país.

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