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Producir vehículos a diesel podría dejar de ser rentable

Los vehículos diésel representan alrededor de la mitad de las ventas de autos en Europa. Dentro de 10 años, apostaría a que el porcentaje estaría mucho más cerca de cero y estimaría que eso le costaría miles de millones a la industria automotriz.

En el Reino Unido, el gobierno evalúa un plan de eliminación de los vehículos diésel a los efectos de combatir las emisiones de óxido de nitrógeno que dejan cada año un saldo de alrededor de 75 mil muertes prematuras.

Se trata de la más reciente de una sucesión de medidas europeas que podrían terminar por prohibir los autos diésel en las ciudades, eliminar los incentivos al combustible y encarecer el estacionamiento. 
Londres emitió el mes pasado un alerta ‘negra’ debido a la elevada contaminación aérea, lo que llevó a una escuela a limitar el tiempo que los niños podían jugar al aire libre. El diésel está adquiriendo un estigma y, si bien de forma gradual, las ventas han empezado a declinar en el Reino Unido y Alemania.

La manipulación de emisiones de Volkswagen (VW) ha destacado la gran brecha entre las emisiones de óxido de nitrógeno de los autos diésel cuando se los conduce en las calles en comparación con las pruebas en laboratorios. El escándalo ya le ha costado a la compañía automotriz más de 23 mil millones de dólares en América del Norte.

Pero las discrepancias en cuanto a emisiones van mucho más allá de VW. Desde 2010, las compañías automotrices de Europa han vendido casi 30 millones de vehículos que emiten niveles de óxido de nitrógeno más de tres veces superiores al límite establecido cuando son los compradores quienes los conducen, según Transport & Environment, un grupo de lobby que recopiló datos de distintas pruebas gubernamentales que se difundieron el año pasado después del escándalo de VW. 

Las siguientes son algunas de las empresas de peor desempeño, y cabe destacar que los nuevos modelos de VW se cuentan entre los más limpios.

Fiat Chrysler Automobiles se convirtió el mes pasado en la última compañía automotriz a la cual Estados Unidos acusa de violar las leyes de contaminación por sus emisiones diésel. 

Por su parte, Francia ha derivado a Peugeot y a Renault a los fiscales. 

Elzbieta Bienkowska, la comisionada de Industria de la Unión Europea (UE) que supervisa el escándalo de VW, dijo al Financial Times que está perdiendo la paciencia con los entes reguladores nacionales debido a la lentitud con que evalúan a empresas automotrices al margen de VW.

Las rivales de VW rechazan toda acusación, y es posible que ninguna haya violado la ley. “Los modelos actuales cumplen con la ley de la UE en cuyo marco se los aprobó”, dijo la Asociación de Constructores de Automóviles (ACEA), haciendo referencia a las grandes diferencias entre las emisiones en laboratorio y en las calles.

Sin embargo, dada la cantidad de muertes consecuencia de enfermedades relacionadas con la contaminación del aire, resulta extraño estar discutiendo sobre si tecnología que, por ejemplo, burla los controles de emisión de óxido de nitrógeno a baja temperatura se inscribe en la definición legal de un “dispositivo de manipulación”. 
Lo menos que puede decirse es que las compañías automotrices han hecho un mal trabajo en lo relativo a explicar que los autos diésel son mucho más sucios de lo que la gente pensaba.

El resultado es que se corre el riesgo de que el diésel inflija daños tanto económicos como de reputación a la industria automotriz, así como el escándalo de la Libor perjudicó a los bancos.

Nuevas pruebas de emisiones llevarán a las empresas automotrices a reducir las emisiones de óxido de nitrógeno reales a 1.5 veces el máximo de laboratorio permitido (80 mg/km). 

Así, como mínimo las compañías del sector tendrán que pagar más para fabricar nuevos motores que cumplan con las normas. En el caso de los autos chicos, es probable que eso sea demasiado caro. Algunos fabricantes podrían decidir pasar directamente a los vehículos eléctricos.

De hecho, hay quienes sostienen que lo más probable es que el diésel sea irrecuperable. 

Cuando los consumidores tomen conciencia de ello, las empresas automotrices enfrentarán otra cuenta abultada, dado que los valores de reventa podrían declinar si las ciudades empiezan a prohibir los vehículos contaminantes. Eso no es sólo un problema para los consumidores, sino que también las compañías automotrices pierden.

En la actualidad, muchos conductores alquilan sus autos. Eso significa que la compañía financiadora (por lo general una subsidiaria de la empresa automotriz) debe encontrar otro comprador cuando el cliente cambie el vehículo pasados tres años.

En otras palabras, algunas compañías automotrices tienen en sus balances miles de millones de euros de vehículos diésel cuyo valor podría bajar mucho más de lo previsto. 

BMW está en una posición particularmente vulnerable, según UBS, porque tiene una gran operación de financiamiento de autos y vende muchos vehículos diésel.

Eso no es todo. Como expliqué, las compañías automotrices también podrían verse obligadas a depreciar el valor de las plantas de motores diésel, algunas de las cuales se acaban de modernizar.

Mientras tanto, si las empresas automotrices tratan de reemplazar las ventas de diésel por una mayor venta de autos de gasolina, sus emisiones de dióxido de carbono podrían volver a aumentar. 

Las normas de la UE establecen que las compañías automotrices que no cumplan con los objetivos de CO2 para 2021 deberán pagar multas de miles de millones en euros. 

En otras palabras, están entre la espada (óxido de nitrógeno) y la pared (CO2). Vender más vehículos híbridos y eléctricos podría aliviar esa situación, por supuesto.

Por último, existe el peligro de que los gobiernos obliguen a más compañías automotrices a rediseña sus vehículos más contaminantes.

Alemania exigió el año pasado al sector que retirara más de 600 mil vehículos diésel para mejorar su sistema de administración de emisiones. 

Fiat y Renault han anunciado modificaciones voluntarias de sus vehículos diésel, pero la mayor parte de las compañías automotrices y los gobiernos nacionales no ha hecho nada.

Si eso cambia, y como habitante urbano de Europa espero que así sea, el costo aumentará aún más para la industria.

Fuente El Financiero. 

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