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Porqué Puebla es el paraiso de los Huachicoleros?

Es la “Franja del Huachicol”, en Puebla, un tramo de 131 kilómetros que atraviesa la entidad y que inicia en el municipio de Esperanza, en la frontera con Veracruz, y culmina en San Martín Texmelucan, colindante con el Estado de México.

Es ahí donde se registra la mayor incidencia de robo de combustible en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Los datos provienen del propio gobierno estatal: la delegada de la Secretaría de Gobernación, Ana Isabel Allende Cano, reiteró –apenas en octubre pasado– que Puebla ocupa el primer lugar a nivel nacional en robo de combustible, siendo los municipios del denominado Triángulo Rojo, como Palmar de Bravo, Amozoc, Tepeaca, Quecholac, Acatzingo y Esperanza, los que tienen la mayor incidencia.

La zona se ha vuelto atractiva para la delincuencia debido a la presencia de tuberías de Pemex.

Alejandro Hope, analista de seguridad, explica al Huff Post México qué características físicas han incidido en la expansión del fenómeno.

“Pasa el poliducto que conecta Minatitlán, Veracruz, con la Ciudad de México; está el Complejo Petroquímico Pajaritos (en Coatzacoalcos, Veracruz) que también está conectado a este poliducto”, es el primer dato que resalta Hope.

“El segundo es que hay una suerte de retroalimentación del fenómeno, el cual empezó siendo un fenómeno aislado, pero al no atenderse, en consecuencia, hay más.

En los últimos 5 años, Puebla se ha convertido en el epicentro del robo de combustible. Entre 2011 y 2015, el número de tomas clandestinas en el estado creció 915%, según cifras de Pemex. En 2015, se detectaron 815 puntos de ordeña, más del doble que el año anterior. En el primer semestre de 2016, se localizaron 601 tomas de clandestinas, casi la tercera parte del total nacional, escribió Hope en su columna del periódico El Universal.

“Es un delito que requiere tener cierto know how, conocimiento técnico, saber cómo ordeñar.

“Aunque también apunta a una masa crítica importante que genera una base social y que las comunidades se involucren en la actividad“, explica el experto.

 

De acuerdo con una fuente en Pemex, la desviación de petrolíferos en el poliducto que une a Minatitlán con la Ciudad de México fue de 800 mil barriles en el último trimestre de 2015. Eso equivale a 128 millones de litros de gasolina, vendida a cinco pesos por litro, lo que se traduce en ganancias ilícitas por 7 millones de pesos cada día, señala Hope en su texto.

Para combatir el ilícito, Hope señala la necesidad de entrar por varios frentes.

“Una buena parte de la gasolina robada va a dar al canal formal, eso se puede frenar con tambos con bombas volumétricas, es decir que lo compré al proveedor es lo que se vendió“, explica.

Otro frente sería a través de barreras física y tecnológicas para impedir el robo de combustible, como vallas o recubrir los ductos con concreto.

Hope menciona que podrían utilizarse químicos que permiten el rastreo del combustible y eso posibilitaría identificar a las bandas involucradas y crear expedientes judiciales.

“También habría que entrar al combate en la corrupción (dentro de Pemex, con las autoridades) y a impulsar el desarrollo de las comunidades”, concluye el experto, quien señala que en la medida en que suba el precio de la gasolina, crecerá el robo de combustible.
Apenas el segundo día de este año, elementos de la Agencia de Investigación Criminal decomisaron 3 mil 15 litros de hidrocarburo, siete camionetas, 13 contendores y tres mangueras en la colonia Campestre ubicada en San Isidro, de la Junta Auxiliar de Santa María Xonacatepec, en Puebla.

Hasta el 2 de enero, 150 de 506 gasolineras que hay en Puebla tuvieron que cerrar por falta de combustible, para el 3 de enero, según reportes de Pemex, ya sólo 15 estaciones de servicio tenían poco disponibilidad de gasolina Magna.

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