No más rivalidad, BMW y Mercedes Benz se unen para crear componentes
BMW esquivó hace seis décadas un intento de adquisición por parte de Daimler, matriz de Mercedes-Benz, y desde entonces los dos gigantes de los autos de lujo han sido rivales, hasta hace poco.
Como reflejo de los desafíos históricos que enfrenta la industria automotriz, BMW y Daimler buscan aliarse en lo que se ha convertido en una tendencia emergente en el sector. El último acercamiento entre las fabricantes alemanas incluye conversaciones a fin de unir fuerzas en la elaboración de componentes clave como plataformas para vehículos, baterías de automóviles eléctricos y tecnología de conducción autónoma, según personas cercanas al tema.
Esto podría generar que modelos como el cupé Serie 2 de BMW y el sedán Mercedes Clase A algún día compartan fundamentos similares, lo que habría algo impensable para ambas partes hace unos años. Pero aquello está cambiando a medida que los enormes gastos en desarrollo de vehículos de nueva generación, la desaceleración inminente de los modelos convencionales y la aparición de nuevos competidores motivan niveles de cooperación sin precedentes.
“La presión que sienten las fabricantes de automóviles es enorme en este momento y este año hemos visto señales de crisis”, comentó Juergen Pieper, analista con sede en Fráncfort de Bankhaus Metzler. “Las colaboraciones más amplias están en alza para combatir los costos y el gasto en paralelo”.
Declive de ventas
El índice Stoxx Europe 600 Automobiles & Parts ha caído 26 por ciento este año y tanto BMW como Daimler redujeron sus proyecciones de ganancias para 2018, debido a los conflictos comerciales y los mayores gastos para desarrollar vehículos que los consumidores tal vez ni siquiera deseen. Daimler sacará a la venta 10 modelos eléctricos en los próximos cuatro años, mientras que BMW informó que ofrecerá 12 automóviles que funcionan solo con batería de aquí a 2025.
El gasto especulativo surge toda vez que las ventas mundiales de automóviles se contrajeron este año por primera vez desde 2010, según Jonathon Poskitt, director de investigación de mercados de LMC Automotive. En medio de las disputas comerciales, el endurecimiento de las tasas de interés y los conflictos políticos, las perspectivas para 2019 “no están exentas de riesgos”, añadió en un informe.
Con la intensificación de los vientos en contra, los silos competitivos ceden con la idea de repartir los costos de desarrollar automóviles eléctricos y contrarrestar a los gigantes de la tecnología como Alphabet, al tiempo que estos avanzan hacia el transporte compartido y otras alternativas a la propiedad de vehículos.
Volkswagen negocia con Ford para crear furgonetas y vehículos potencialmente autónomos y se alió con Microsoft a fin de ofrecer una nube automotriz para conectar sus vehículos a nuevos servicios digitales; BMW fabrica los autos deportivos Z4 y Supra en conjunto con Toyota y colabora con Intel en la producción de otros con tecnología autónoma; y Daimler mantiene una serie de proyectos de fabricación y distribución de motores con Renault y Nissan.
Fuente El Financiero