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Guerra en Ucrania incrementa la fabricación de vehículos y armamento militar… pero de baja tecnología

La guerra entre Rusia y Ucrania comenzó en febrero del año pasado y ha provocado hasta el momento miles de muertes de civiles y fuerzas militares.

A la par, la fabricación de vehículos y armamento militar es una constante, aunque con una diferencia sustancial a lo que se pudiera pensar respecto a la tecnología incluida.

En ese contexto, el fabricante francés de camiones blindados Arquus, especializado en la fabricación de vehículos militares todoterreno, ha vuelto a producir más trenes de aterrizaje de baja tecnología para ‘obuses’ a medida que la guerra terrestre en Ucrania aumenta la demanda de artillería.

No piden drones ni misiles autónomos

Según refiere Reuters, a pesar de la tendencia de la industria hacia armamento de más alta tecnología como drones y misiles autónomos, los equipos de campo de batalla tradicionales.

El ejemplo son tanques y obuses, los cañones César de Francia y los HIMARS de fabricación estadounidense, los cuales han ayudado a cambiar la trayectoria de la guerra en Ucrania.

El presidente ejecutivo de Arquus, Emmanuel Levacher, dijo a Reuters que la empresa había dejado de producir los trenes de rodaje porque hasta hace poco no había más demanda. Pero eso cambió ya que las existencias del ejército francés deben llenarse nuevamente.

“Podría haber una demanda aún mayor, particularmente para la exportación, lo que nos motivó a relanzar la producción aquí en Limoges”, dijo.

Guerra en Ucrania incrementa la fabricación de vehículos militares

Arquus, anteriormente conocido como Renault Trucks Defense y ahora propiedad de Volvo, produce una gama de vehículos militares ligeros, incluido el camión de combate Scarabee para la guerra urbana y sus vehículos logísticos y de transporte de tropas VLRA.

El ministro de Defensa, Sebastien Lecornu, ha pedido a los fabricantes de equipos militares franceses que amplíen las capacidades al “modo de tiempo de guerra” y se ha comprometido a repatriar algunas actividades previamente subcontratadas.

Los aliados occidentales han estado suministrando armas y otros equipos a Kiev desde que Rusia invadió a su vecino, agotando sus propios inventarios en el camino.

El aumento de los envíos ha provocado un auge para los productores de armas y los gobiernos, desde París hasta Washington, siguen instándolos a aumentar la producción, ya que la escasez de inventario en muchos ejércitos de la OTAN es un problema real.