Este es el costo que paga Coahuila por dejar de producir camiones

Por Alejandro Dávila Y Miriam Valdés

Sin considerar factores estacionales, cada mes de inactividad en este sector significa casi 2 puntos menos del PIB anual generado por la economía de Coahuila. Si el paro se prolongara tres meses, la caída anual de este indicador sería de 5.8%; estas cifras duplican a las correspondientes a la economía mexicana en su conjunto, reflejando la profunda dependencia de la economía coahuilense respecto de esta actividad. Parte del impacto podría evitarse si al terminar la contingencia sanitaria por el Covid-19 se acelera la cadencia de producción en los meses restantes del año, pero para que eso eventualmente suceda, debemos asegurarnos de que las empresas y los empleos sobrevivan y encuentren un entorno propicio para la reanudación de sus actividades.

Considerando un ciclo anual, la contracción del PIB en Coahuila, asociada al cese de actividades en esta industria, sería de 23% (11.7% nacional), en pesos corrientes, cifra cercana a 200,000 millones de pesos. La reducción del empleo ascendería a 22.1% (11.5% en México). Estaríamos hablando de casi 350,000 empleos en Coahuila y poco menos de 5 millones en el país.

¿Qué actividades económicas se incluyen en el subsector de fabricación de equipo de transporte? Automóviles y camiones; carrocerías y remolques; autopartes; equipo aeroespacial; equipo ferroviario; embarcaciones, y otro equipo de transporte. Aportan 14.8% del PIB en Coahuila (2.7% en México) y casi 227,000 empleos (1.2 millones en el país). Así, 61.6% del valor de la producción se exporta, 9.4% se destina al mercado interno y 29% a la demanda intermedia y final en el estado. Por su parte, la estructura de compras se concentra en la adquisición de insumos (76.9%: 13.9% estatales, 24% del resto del país y 39% importados), el excedente bruto de operación (17.8%), las remuneraciones a los asalariados (4.9%) y el pago de impuestos indirectos (0.4 por ciento).

El efecto total del cese de actividades del sector depende de la forma en la que éste se articula con el resto de las actividades productivas, así como de la manera en que estas últimas inciden en los niveles de empleo, ingreso y consumo en los hogares, lo cual, a su vez, afecta la demanda de consumo privado, provocando un ajuste adicional sobre las actividades productivas.

La primera afectación en la economía de Coahuila sería la interrupción de las compras de insumos de la industria en el propio estado, estimadas en 97,921 millones de pesos. Éstas se concentran en dos actividades: la propia fabricación de equipo de transporte (65%) y en las industrias metálicas básicas (24 por ciento).

Posteriormente, se daría un efecto en cadena hacia los proveedores de los proveedores y así sucesivamente. También, se agregarían los efectos de retroalimentación, relacionados con la disminución en la actividad productiva y, por consecuencia en la compra de insumos estatales, derivado del ajuste en el consumo privado desencadenado por la caída en los ingresos de los hogares. La cifra global ascendería a poco más de 254,000 millones de pesos, de los cuales poco más de 156,000 millones se explican por los efectos indirectos y de retroalimentación sobre el valor de la demanda de insumos intermedios de origen estatal, pues los 97,921 millones restantes se vinculan con los efectos directos.

El paro de esta industria desencadenaría una contracción de 18.4% en la masa salarial (10% en el país) y de 25% en el excedente bruto de operación (12.4% para la economía mexicana). El ajuste a la baja en el ingreso de los hogares coahuilenses sería de 22% (10.8% nacional). El apretón más importante se observaría en los hogares con mayores ingresos (Decil 10, -23.5%), así como en el 6 (-21.5), 7 (-21.3), 3 (21) y 4 (-20.9). Esta evolución es compatible con la estructura laboral de las empresas del sector (obreros no especializados, obreros especializados, supervisores y ejecutivos).

El abatimiento del ingreso disponible en los hogares coahuilenses se repercute en el consumo privado de bienes producidos en la entidad, los cuales absorben 52.3% del ingreso. Así, menor circulante en los hogares se traduce en una contracción de 11.5% en esta variable. El ajuste a la baja sería proporcional a la estructura de consumo de bienes estatales observada en Coahuila.

El valor de la producción bruta total en el estado se desplomaría en 33.9% (15% en el país). En el caso de Coahuila, descontando al sector de equipo de transporte, 80% de esta caída en valores absolutos, se concentraría, en orden decreciente, en 11 sectores productivos: servicios inmobiliarios; transportes; industria alimentaria; petroquímica, química, plástico y hule; servicios financieros; comercio al por mayor; servicios de apoyo a los negocios; industria de las bebidas y del tabaco, así como otros servicios, excepto actividades de gobierno.

Del ajuste total en el empleo, 226,738 corresponden a la fabricación de equipo de transporte y 127,937 al resto de las actividades económicas. En este último conjunto sobresalen nueve sectores que concentran 81.5% de la reducción en puestos de trabajo: comercio al menudeo; servicios de apoyo a los negocios; otros servicios, excepto actividades de gobierno; transportes; industrias metálicas; servicios de alojamiento y preparación de alimentos; industria alimentaria; servicios educativos, y sector primario.

Transitar por la tormenta en la cual nos encontramos exige la participación de todos. Se trata de ganar tiempo y capotear el temporal, de preservar lo fundamental: la vida, los empleos y las empresas. La contingencia puso en pausa las actividades no esenciales, consecuentemente, debemos postergar aquellas obligaciones que en el corto plazo amenazan con destruir las fuentes de trabajo. Flexibilidad y pragmatismo es el nombre del juego, los fundamentalismos ideológicos y económicos sólo nos conducirán al desfiladero.

*Investigadores nacionales del Conacyt, adscritos al Centro de Investigaciones Socioeconómicas de la Universidad Autónoma de Coahuila