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Esta es la N. de M. 40, la locomotora hecha en México en pleno conflicto revolucionario

Los ferrocarriles no solo son un conducto para transportar a personas y mercancías, son el reflejo del desarrollo económico e industrial de un país por más grande o pequeño que éste sea.

El conflicto revolucionario en México puso de manifiesto lo anterior. Mientras el suceso estaba en pleno auge y el proceso de nacionalización de los ferrocarriles crecía a pasos agigantados, se fabricó la primera locomotora mexicana, la N. de M. 40.

Cabe recordar que en esa época el personal que dirigía los movimientos de los trenes y que tenía la responsabilidad en la operación de sus talleres era extranjero.

En los Ferrocarriles Nacionales de México se construyeron tres locomotoras a vapor de vía angosta, dos en los talleres de Acámbaro, Guanajuato en el año de 1944, y la N. de M. (Nacionales de México) 40 en Aguascalientes.

Lo anterior puso de manifiesto que los trabajadores de aquella época eran aptos no solo para manejar el sistema ferroviario, sino que también estaban preparados técnicamente para construir locomotoras a vapor.

Así se construyó la locomotora N. de M. 40

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Por increíble que parezca, tan sólo cinco meses bastaron para fabricar la locomotora N. de M. 40 en los talleres de fuerza motriz de Aguascalientes, y la cual fue inaugurada el 27 de julio de 1913. Su costo fue de $17,822.90 pesos.

Con excepción de la lámina, ruedas y tubería que fueron importadas, el resto de los materiales se fabricaron en sus talleres.

La locomotora N. de M. 40 clase B-15 tenía una distribución 0-6-0 (sin ejes guía / 3 ejes motrices / sin ejes de arrastre) de vía ancha (4’ 8 ½” o 1.435 m).

Se construyó según los planos de las locomotoras N. de M. 37, 38 y 39 de la misma clase y distribución, construidas por Baldwin Locomotive Works, que fueron puestas al servicio en 1908

La locomotora N. de M. 40 era para trabajos de patio, por lo que laboró gran parte de su vida útil en los talleres de Nonoalco y se desconoce cuándo fue condenada.

Su inauguración fue en el andén de la estación de Aguascalientes el domingo 27 de julio de 1913 a las 10 horas.

La locomotora salió rumbo al andén de la estación terminal manejada por el superintendente de talleres Sr. Porfirio Valdez para ser entregada a la tripulación que la trasladaría posiblemente a la Ciudad de México.

Dificultades para construir locomotoras con mano de obra mexicana

De acuerdo con El Mirador de la SICT, el proceso de construcción de locomotoras posterior no se pudo llevar a cabo a gran escala por la deuda que Ferrocarriles Nacionales de México tenía.

Asimismo, la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera afectaron a un gran número de locomotoras, haciendo que los talleres del sistema se dedicaran prácticamente a la reconstrucción de estas máquinas.

En 1926 la administración de los Ferrocarriles Nacionales pasó a sus anteriores propietarios, los norteamericanos, dando preferencia al equipo nuevo y usado para fortalecer la fuerza tractiva.

Las locomotoras N. de M. 37, 38, 39 y 40, pertenecían a la clase B-15, fueron reenumeradas en enero de 1930 a N. de M. 635, 636, 637 y 638 respectivamente, además, se cambió la clasificación a la clase B-13.

En 1937 los ferrocarriles fueron expropiados y administrados por los obreros, siguiendo la misma tendencia. Por último, en 1944 se adquirieron las primeras locomotoras diésel-eléctricas.

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