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El ‘foco’ que apaga vidas. Consumo de cristal acecha a operadores de carga

-Señor, ¿qué le pasó?

-Súbase porque no lo puedo parar. Ando malo. ¿Está parado el carro?”.

-Sí, pero está usted estorbando la vía.

-Sí, súbase para que me ayude.

-¿Qué le pasa, señor?

-Ando malo jefe.

-¿De qué, se metió cristal de más?

-No, no, súbase para que detenga el carro.

El joven que había descendido de su vehículo para ver porque el operador no arrancaba su unidad de carga, prefiere alejarse del lugar y dejar de grabar.

El operador visiblemente contraído viste una playera negra, y una boina café que cubre su larga cabellera. Sus brazos tiemblan sin ningún control, el frio sudor recorre gran parte de su cuello, y de su boca salen palabras con poco sentido, mientras sus dientes se endurecen sin ninguna causa aparente.

Esta pérdida de la realidad se debe a que el conductor del camión ha ingerido lo que comúnmente se le conoce como foco o cristal, una droga sintética que genera delirio de persecución y afecta al sistema nervioso y muscular.

El video del operador se hizo viral en internet y nos dejó claro sobre las consecuencias del consumo de esta droga.

¿Qué es el cristal o foco?

El cristal es la forma en que se le llama a la metanfetamina, cuya denominación química es desoxiefedrina, un poderoso psicoestimulante altamente adictivo que acelera la actividad del cerebro, el sistema nervioso central y la excitación sexual.

La metanfetamina es un derivado de la anfetamina. Seguramente en el radar del químico Lazar Edeleanu no se encontraba este tipo de utilidad cuando sintetizo la anfetamina por primera vez en 1887.

También conocida como meta o hielo, esta droga tiene como componentes a la efedrina, el ácido muriático, el cristal cortado y hasta el anticongelante (sí, así como lo oyes).

Todo esto se mezcla y da como resultado lo que conocemos como cristal, la droga de más impacto en México solo superada por el alcohol.

Su popularidad comenzó a gestarse durante los últimos años de la década pasada y ahora cobra relevancia en algunos operadores que con su consumo buscan combatir las extenuantes horas de trabajo.

Estas son las consecuencias

El uso indebido de la metanfetamina tiene muchas consecuencias negativas como ansiedad intensa, confusión y puede generar una serie de características psicóticas, entre ellas paranoia y delirios (por ejemplo, la sensación de tener insectos caminando debajo de la piel), además del daño severo a las neuronas.

La metanfetamina afecta al sistema nervioso central debido a que es una droga estimulante. El consumo habitual del cristal llega a crear una fuerte dependencia física y psicológica en la persona que la consume.

De acuerdo con un artículo de la clínica Edward Dowling, cuando una persona inicia su consumo de cristal o metanfetamina, la sensación de placer es muy grande e intensa, muy parecida a la cocaína y/o crack.

“Esto sucede cuando la persona se encuentra en la fase de experimentación y uso de la droga, pero desaparece al pasar a la fase de dependencia o adicción”.

Así afecta en la conducción

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Los operadores que han consumido metanfetamina pueden conducir en forma agresiva o imprudente.

En todo caso, el consumo de cualquier metanfetamina puede propiciar euforia, excitación, agotamiento, reacciones violentas. Estos efectos se transforman en exceso de confianza, retraso en la sensación de fatiga/cansancio.

Incluso algunos tipos de medicamentos recetados pueden causar mareos y aletargamiento y perjudicar el funcionamiento de las capacidades cognitivas (capacidad de juicio y capacidad de pensar), lo que repercute en accidentes de tránsito.

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