Despidos masivos en Volkswagen podrían alcanzar a planta poblana
Luego del anuncio de recortes masivos que hizo en Alemania Matthias Müller, el nuevo presidente ejecutivo de Volkswagen, una tormenta también se cierne sobre la planta en Puebla y amenaza con dejar sin empleo a miles de trabajadores.
En la planta poblana laboran 78 mil personas, 18 mil tiene empleos directos y 60 mil indirectos.
La tardanza en responder al escándalo de la armadora de vehículos, le agregó una dosis de incertidumbre al destino de los trabajadores.
Por si fuera poco, en los mercados de valores apuestan a que Volkswagen podría quebrar cuando los reguladores ambientales de todo el mundo comiencen a aplicarle las multas millonarias correspondientes por haber instalado un software que permite alterar las mediciones de gases tóxicos en los motores diésel.
Los analistas ya dudan de la estabilidad de la empresa y comienzan a ver el escándalo como uno de los mayores fraudes de la historia, incluso equiparable al que cometió la empresa Enron, la cual se valió de sobornos, evasión de impuestos, y tráfico de influencias para construir un imperio.
De acuerdo con un reportaje publicado por el portal Sinembargo, la planta poblana trabaja todo el día, de lunes a viernes. Anteriormente trabajaban los sábados, pero hace 2 años se terminó el tiempo extra.
La armadora, ubicada en Cuautlancingo, Puebla, actualmente genera 78 mil empleos directos e indirectos en la entidad.
“Aquellos hombres y mujeres que sueldan, cortan, monitorean, ensamblan, pegan, limpian, cocinan, vigilan y que son el músculo, mente y corazón de esta empresa generan 18 por ciento del Producto Interno Bruto poblano”, dice la nota firmada por Sergio Rincón.
“Hay otro grupo de trabajadores que son contratados por las 150 proveedoras, independientes o integrantes de Finsa. Pero casi nadie habla de ellos, a pesar que son quienes arropan al sector automotor y por su naturaleza empresarial son los primeros que pagan los platos rotos”.
La empresa les prohíbe hacer declaraciones
En septiembre, la armadora alemana Volkswagen reconoció que instaló en 11 millones de sus unidades con motor diésel un software que falsea las pruebas de contaminación.
Los primeros efectos del escándalo se vieron en Puebla cuando volvieron a la planta poblana los trabajadores que se fueron de vacaciones durante las fiestas patrias.
En una nota de Excélsior firmada por Fernando Pérez Corona, se afirma que se detuvo la producción de todos los modelos diésel -TDI- (Jetta, Beetle y Golf), aunque el líder gremial, Antonio Flores Trejo, lo negó.
Miles de trabajadores siguen en la incertidumbre y sólo hablan entre ellos sobre su futuro, pues la empresa Volkswagen de México les exigió no revelar información sobre las decisiones que se tomen en la planta.
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