¿Deben ser prioridad los operadores en el inicio de la vacunación?
El autotransporte fue catalogado como actividad esencial durante la pandemia. La cadena de valor del transporte ha sido fundamental para la logística de mercancía y movilidad de las personas.
En ese sentido, los operadores de los distintos modos de transporte (pasaje, carga, marítima y ferroviaria), se volvieron el eje principal para trasladar y abastecer a los hogares mexicanos.
Por ejemplo, la actividad esencial que efectúa el autotransporte de carga aporta el 3.4% del PIB y el 2.3% de los puestos de trabajo ocupados.
A lo anterior habría que sumar a aquellas personas que laboran en las terminales de autobuses y centros de distribución, comercialización, mantenimiento y hasta la fabricación de las partes y los equipos de transporte, quienes han estado en la primera línea moviendo al país.
Ante ello, asociaciones como la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) y la Asociación Nacional de Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), entre otras, mandaron una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador, donde le solicitan que los transportistas sean priorizados en la vacunación contra el Covid-19.
“Nos permitimos solicitarle que los involucrados en la cadena de valor del transporte, movilidad y logística estén incluidos en las primeras etapas de la estrategia de vacunación contra el virus sars-cov-2 para la prevención del Covid-19”, refieren dichas organizaciones en la misiva.
¿Está justificada la petición de vacunar primero a los transportistas?
Cifras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, SCT, advierten que el autotransporte en México emplea a más de 2 millones de personas, principalmente choferes y micro empresarios, hombres-camión, que circulan en las carreteras con vehículos de antigüedad promedio de 18 años.
Un reciente estudio del Instituto Mexicano del Transporte, IMT, evidenció sobre una clara correlación entre las carreteras y los municipios con una mayor concentración de casos confirmados de Covid-19. Es decir, el sistema carretero en el país ha contribuido a dispersar el virus.
Se han documentado casos de contagios (y en varios casos muertes), en choferes de transporte público de SLP, CDMX Culiacán, Cuernavaca y Estado de México.
En el caso de los operadores de carga, la informalidad y la falta de un respaldo laboral de una gran mayoría los hace más propensos no solo de contraer el Covid-19, sino potencialmente difundirlo a otros.
Aunque su trabajo no los obliga a estar todo el tiempo a lado de otra persona, los choferes de autotransporte deben recorrer grandes distancias y apoyarse en gente de todo el país.
“Directamente yo no he escuchado casos de compañeros, pero el problema es que aunque estén enfermos no lo dirán, ya que muchos no se están cuidando. En nuestro caso, las pérdidas por no laborar son muy grandes y muchos prefieren ir a trabajar así”, nos refiere un operador de carga en el Estado de México.
Investigaciones en salud revelan que la gran exigencia física y mental, la mala alimentación con prevalencia en trastornos respiratorios, hipertensión arterial y diabetes, y el tabaquismo en la gran mayoría de los operadores los pone en una primera línea de riesgo.
En este escenario, la petición de priorizar a quienes están involucrados en la cadena de suministro no sólo garantizará el abastecimiento hacia los hogares mexicanos, sino también podría disminuir la propagación del virus.