California prohibirá camiones de carga a diésel: impacto en el comercio con México

A partir de 2036, el estado de California prohibirá la venta de camiones de carga nuevos que utilicen combustibles fósiles, como parte de su estrategia para reducir las emisiones contaminantes y avanzar hacia la electrificación del transporte. Esta medida, aprobada por la Junta de Recursos del Aire de California (CARB, por sus siglas en inglés), representa un desafío significativo para los transportistas mexicanos, cuya flota de camiones es considerablemente más antigua y dependiente del diésel.
El impacto en los cruces fronterizos
México es uno de los principales socios comerciales de California, y diariamente miles de camiones cruzan la frontera por puntos estratégicos como Tijuana-San Diego, Mexicali-Calexico y Otay Mesa. Sin embargo, la nueva normativa establece que, a partir de 2042, solo podrán circular en el estado camiones de carga de cero emisiones, lo que pone en jaque la operatividad de muchas empresas transportistas mexicanas.
De acuerdo con datos de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR), la edad promedio de los camiones en México supera los 18 años, y la mayoría de estas unidades funcionan con motores diésel de tecnología obsoleta, lo que las hace altamente contaminantes. En contraste, California ha impulsado agresivamente la adopción de camiones eléctricos y de hidrógeno, lo que genera una brecha tecnológica significativa entre ambos mercados.
Retos para transportistas mexicanos
Para que los camiones de carga mexicanos puedan seguir operando en California, las empresas deberán renovar su flota, lo que implica inversiones millonarias en unidades eléctricas o en infraestructura de carga. Actualmente, un camión eléctrico de largo alcance puede costar hasta tres veces más que uno diésel convencional, sin contar los costos adicionales de mantenimiento y recarga.
Además, la falta de infraestructura para la recarga de camiones eléctricos en la región fronteriza es otro desafío. Aunque California ha desarrollado corredores de carga rápida para vehículos eléctricos, en México esta infraestructura es prácticamente inexistente, lo que complica aún más la viabilidad de la transición.
Posibles soluciones y adaptación
Ante este panorama, los transportistas mexicanos y las autoridades del sector han comenzado a buscar alternativas para mitigar el impacto de la medida. Algunas posibles soluciones incluyen:
- Creación de centros de transferencia de carga en la frontera, donde camiones eléctricos de empresas estadounidenses recojan la mercancía transportada por camiones diésel mexicanos.
- Incentivos gubernamentales para la renovación de flotas en México, con apoyos financieros y créditos accesibles para la compra de vehículos más limpios.
- Acuerdos bilaterales entre México y EE.UU. para extender el periodo de adaptación a las nuevas regulaciones.
Conclusión
La prohibición de camiones de carga a diésel en California es un paso clave en la lucha contra el cambio climático, pero también supone un reto considerable para el comercio transfronterizo con México. Si bien la transición hacia flotas de cero emisiones es inevitable, será crucial que los gobiernos y las empresas trabajen en conjunto para garantizar que los transportistas mexicanos puedan adaptarse a este nuevo escenario sin poner en riesgo la competitividad del comercio bilateral.