Así es la logística para hacer llegar la vacuna Sputnik a Latinoamérica
Pareciera fácil, pero la logística para hacer llegar las vacunas contra el coronavirus a países latinoamericanos como Argentina no es solo un paseo. El primer paso es recibir el llamado del Fondo de Inversion de Rusia (RDIF) confirmando la disponibilidad. Ahí se pone todo en movimiento.
A partir de eso, desde Aerolíneas Argentinas contactan a los representantes de DHL, encargada del transporte por tierra en Rusia desde la fábrica hasta el aeropuerto Sheremetievo en Moscú.
“Ellos nos mandan algunos datos provisorios como los kilos bruto y los kilos aforados (peso volumétrico), pero la guía de vuelo nunca dice la cantidad de dosis”, comentó un responsable de carga de Aerolíneas. Entonces, se inicia la selección de la tripulación.
Hasta ahora, cada tripulación contó con diez pilotos, repartidos en dos grupos de cuatro con dos refuerzos. “Son vuelos especiales porque la mayoría de nosotros nunca voló a Rusia. Hay una responsabilidad diferente con la vacunas, al igual que ocurrió con los vuelos a China para traer insumos, no puede haber ninguna falla”, explicó Pedro Javier Parrado, quien fue parte del segundo vuelo a Moscú.
El vuelo atraviesa Europa y llega a la capital rusa luego de 16 horas de viaje, la ruta sin escalas más larga en la historia de la compañía. Durante el trayecto, los pilotos mantienen contacto permanente con una base ubicada en Roma, que coordina la operación con tierra.
“Fue un viaje sin problemas, hasta tuvimos suerte porque esquivamos una nevada importante. Cuando llegamos a Moscú, aprovechamos para descansar mientras se realizaba todo el proceso de carga que duró unas cinco horas. Nosotros no nos bajamos del avión”, comentó Parrado. Los aviones A330-200 con los que se realiza el viaje tienen dos camas disponibles y una zona de descanso que los pilotos utilizan para descansar.
Para informar del viaje, se activa una cadena de tuits desde Casa Rosada, luego de algunos desaciertos en la comunicación oficial. Lo mismo ocurre con los datos en la cantidad de vacunas obtenidas, que ahora se anuncian al aterrizar el avión y no antes.
Hasta el momento, Argentina recibió apenas 1.220.000 de dosis de la Sputnik V, lo que está muy lejos de los anuncios oficiales que estipulaban un total de 4 millones de la primera dosis y 1 millón de la segunda en enero. En Febrero deberían arribar otros 15 millones, 6 de la primera dosis y 4 de la segunda.
Esto se debe no solo a demoras en la producción, sino también a complicaciones en el embalaje: “las vacunas están siendo embaladas en cajas Thermobox que mantienen la temperatura a 18 grados bajo cero, pero el gran problema es que no son todas las cajas iguales. En el primer vuelo fueron 56, en el segundo 42… Según la cantidad y el tamaño de las cajas, se organiza la carga en la bodega”, explicó un responsable del área de Cargas de Aerolíneas. “Hasta ahora usamos embalajes pasivos, la idea es generar embalajes activos (generan frío) y poder aumentar la capacidad de carga”, agregó.
Para que las vacunas no pierdan frio, se sincroniza la salida del avión con el viaje por tierra en un trabajo coordinado. Cuando llegan al aeropuerto de Moscú, las cajas se acondicionan en pallets, con unas redes especiales. “Tenemos una ventana de 60 horas aproximadas desde que salen de la fábrica. Ese lapso también depende de la temperatura ambiente. En la bodega del avión vienen a 5 o 10 grados, lo que extiende el tiempo de frío”, explicaron.
Igualmente, los expertos en logística siguen investigando variantes que permitan aumentar la capacidad de traslado de dosis en cada vuelo. Si bien en el último viaje llegaron 400 mil dosis, la mayor cantidad hasta ahora, se utilizó parte de la cabina para obtener más espacio. “Los paquetes se ingresan a mano por un pasillo de apenas 60 cm, es un procedimiento que lleva tiempo pero de esta manera aumentamos la capacidad”, comentaron desde Aerolíneas.
En Ezeiza, camiones refrigerados esperan el aterrizaje y llevan la carga a los centros de distribución. De cualquier forma, el aeropuerto cuenta con seis contenedores especiales que permiten almacenar hasta 120 pallets a 20 grados bajo cero. “Esto permitiría guardar ese tipo de vacunas si se rompe un camión o tienen que esperar a otro avión para mandarlas al interior”, explicaron desde TCA. “Durante los últimos seis meses tuvimos que aprender y nos preparamos para todos los escenarios. En algún momento va a llegar mayor cantidad de vacunas, tenemos que tener el menú de opciones lo más abierto posible”, agregaron.
Intercargo, además, desarrolló las “dollys”. Se trata de dos heladeras gigantes que permiten trasladar vacunas a una temperatura controlada y son únicas en América Latina. Estas se utilizaron para trasladar por pista las 20 mil dosis que llegaron para Bolivia y el principio activo fabricado por el laboratorio mAbxience para la vacuna de Oxford-AstraZeneca con la que ya se habrían fabricado 12,4 millones de vacunas en el país.