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Arrieros, los primeros transportistas en México: Tradición Milenaria que se niega a terminar

En las vastas tierras de México, entre montañas escarpadas y valles fértiles, existe una figura emblemática que ha perdurado a lo largo de los siglos: el arriero. Estos hombres y mujeres, con sus mulas y conocimientos ancestrales, han sido los pilares de la movilidad y el comercio en regiones remotas, llevando consigo no solo mercancías, sino también historias y tradiciones que enriquecen el tejido cultural del país.

Ante la apertura de nuevas brechas de terracería y las obras de concreto hidráulico en algunos tramos viales, el trabajo de los llamados arrieros va disminuyendo en los diferentes municipios de esta región mazateca, y por lo consiguiente la adquisición de animales de carga, mulas, burros y caballos ha mermado en un 80 por ciento en zonas rurales de estados como Oaxaca y Guerrero.

Cirilo Muñoz Hernández, quien aún vivió la época de los arrieros en los años 50, dice que antes no existía tanto el transporte público colectivo o privado en la zona mazateca de Oaxaca, hoy la invasión de las unidades de motor es inevitable, lo mismo en la zona urbana que en carreteras federales, por ejemplo, de Huautla a Teotitlán; Huautla a Chilchotla; Huautla a Tenango; Huautla a San Mateo, y así sucesivamente.

Para Cirilo, hoy son otros tiempos en la serranía habitada por mazatecos, náhuatl y mixtecos, pero en donde aún existen los hombres arrieros es en las comunidades marginadas, aquellas que no tienen los medios de transporte adecuados y aún caminan varias horas, entonces para mover sus productos agrícolas y abarrotes tienen que utilizar los mecanismos rústicos de décadas pasadas.

Orígenes Históricos:

La historia de los arrieros en México se remonta a tiempos prehispánicos, cuando las civilizaciones mesoamericanas utilizaban caminos y senderos para intercambiar productos entre regiones distantes. Con la llegada de los españoles, esta práctica se consolidó aún más, convirtiéndose en una parte integral de la economía colonial.

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El Oficio del Arriero:

El arriero es mucho más que un simple transportista. Es un experto en la logística de la carga, capaz de navegar por terrenos accidentados y adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes. Conoce cada rincón del camino y cada recodo del sendero, convirtiéndose en un guía indispensable para viajeros y comerciantes.

En un país tan vasto y diverso como México, donde muchas comunidades se encuentran alejadas de los centros urbanos, los arrieros desempeñan un papel fundamental en la distribución de bienes y productos básicos. Sin su labor incansable, muchas regiones quedarían aisladas y desconectadas del resto del país.

La Preservación de la Tradición:

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A pesar de los avances tecnológicos y los cambios en las formas de transporte, los arrieros continúan operando en diversas partes de México, especialmente en áreas rurales y montañosas donde otros medios de transporte no pueden llegar. Su presencia no solo garantiza el flujo de mercancías, sino que también preserva una forma de vida arraigada en la historia y la cultura del país.

Retos y Desafíos:

Sin embargo, el oficio del arriero enfrenta desafíos en el mundo moderno. La urbanización, la infraestructura vial y la competencia de los medios de transporte motorizados representan amenazas para esta tradición centenaria. Además, la falta de reconocimiento y apoyo gubernamental pone en riesgo la continuidad de este invaluable legado cultural.

En un mundo cada vez más globalizado, es imperativo reconocer y valorar el legado de los arrieros, protegiendo su patrimonio y garantizando su participación activa en la construcción del futuro de México.

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