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Apertura a viajes no esenciales entorpeció cruce de camiones de carga en la frontera

Desde que la frontera entre Estados Unidos y México se reabrió en noviembre para viajes no esenciales, las esperas se han incrementado hasta convertirse en filas excesivamente largas que podrían sofocar el comercio local y la recuperación económica.

Según la Smart Border Coalition, aproximadamente 120.000 vehículos de pasajeros, 63.000 peatones y 6.000 camiones cruzan de un lado a otro entre San Diego y Tijuana todos los días.

Antes de la pandemia, el valor del comercio entre San Diego y México superaba consistentemente los 4.000 mil millones de dólares al año. El intercambio comercial entre Tijuana y San Diego se valoraba en 2.1 millones de dólares diarios.

Las esperas en la frontera eran impredecibles durante la pandemia, y los empleados esenciales a veces tenían que dormir durante la noche en sus automóviles para asegurarse de llegar a tiempo al trabajo. El intercambio y el comercio entre los dos países se desaceleró drásticamente, y muchas pequeñas empresas que bordean la frontera en ambos lados debieron cerrar sus puertas de forma permanente.

Con el levantamiento de la prohibición de viajes, el 8 de noviembre pasado, terminaron los más de 18 meses de impedimentos y coincidió con el inicio de la temporada de compras navideñas, lo que permitió a los turistas no esenciales -que tuvieran su prueba de vacunación contra el COVID-19 y la documentación adecuada- ingresar legalmente a EE.UU.

Hasta el jueves, los datos muestran que los tiempos de espera en el límite superan a menudo las dos horas en los carriles regulares para vehículos de pasajeros, según la página web de esperas en la frontera de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

El problema no es de infraestructura, sino de personal. De 2004 a 2015, el gobierno de EE.UU gastó 741 millones de dólares para expandir y mejorar drásticamente el puerto de entrada de San Ysidro. Se suponía que las 62 cabinas de inspección en dirección norte, repartidas en 34 carriles, acelerarían los cruces. Pero ahora no hay suficientes oficiales de CBP para ocuparlas.

El Sindicato de Empleados del Tesoro Nacional, un gremio independiente que representa a los trabajadores federales, incluidos los agentes fronterizos, dice que CBP no divulga públicamente las cifras de personal a nivel del puerto por razones de seguridad.

Según el testimonio que el sindicato dio al Congreso en junio, el CBP tuvo que solicitar a oficiales de otros puertos “para la asignación temporal de tareas a los puntos de entrada terrestres de San Ysidro, Otay Mesa y Calexico” para “apoyar la carga de trabajo y los desafíos operativos que enfrenta la oficina de campo de San Diego, como tiempos de espera superiores a cuatro horas”.

CBP informó que está procesando mayores magnitudes de viajes y que los tiempos de espera no han aumentado significativamente. “Los volúmenes de viajes en el suroeste pasaron en la frontera de 7.6 millones los últimos años durante las mismas cuatro semanas a 12.2 millones de viajeros, todavía menos que los niveles anteriores al COVID, cuando los oficiales de CBP procesaban casi 14 millones de viajeros en el mismo período de 2019″, remarcó la agencia en su actualización operativa de noviembre de 2021. “Es de destacar, sin embargo, que los viajeros han experimentado tiempos de espera más cortos que incluso antes de la pandemia, en gran parte debido a los avances en la tecnología, incluida la biometría facial y la aplicación móvil CBP OneTM”.

Los funcionarios públicos de la región afirmaron que planean presionar al gobierno federal el próximo año sobre el tema, que aseguran será vital para la recuperación económica del área de San Diego.

Fuente LA Times

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