De terapeuta de belleza a operadora de carga. Esta es la historia de Kelly Freeman
Quizás el nombre de Kelly Diane Freeman te suene poco, pero su historia es digna de contarse. Una mujer de 30 años que cambió las cremas y los acondicionadores en un spa, por el olor a llantas de camiones.
Su irrupción en el autotransporte de carga se presenta en un momento crítico para las mujeres, quienes apenas ocupan el 3% de los puestos en Europa; muy lejos del punto de referencia de la industria del transporte que es de 22% de mujeres empleadas.
La historia de Kelly Freeman
Kelly nació en Wexford, Irlanda. A pesar de que el gusto por el transporte lo trajo desde niña al estar rodeada de los camiones de la empresa de su papá, ella decidió convertirse en terapeuta de belleza, ya que en aquel momento no era común que las mujeres condujeran vehículos pesados.
Fueron años complicados para Kelly, ya que no se sentía plena trabajando en un spa. El punto de inflexión fue durante un viaje a Nueva Zelanda, donde aquel gusto de niña por el transporte regresó a su mente.
“Trabajé en un entorno de almacén donde manejaba montacargas y cargaba/descargaba camiones y remolques. Fue entonces cuando me interesé por la profesión”, señala Kelly a la Organización Internacional para el Transporte por Carretera, IRU.
Tan pronto regresó a Irlanda, se inscribió en un programa de vehículos pesados profesionales; un curso de 29 semanas donde se le dio capacitación en sujeción de carga y más.
En dicho programa, Kelly obtuvo diferentes reconocimientos, como su Licencia Rígida, así como el Certificado de Competencia Profesional de Conductor.
Gracias a ello, Kelly es empleada desde 2020 de Newline Oil, una empresa de transporte que abastece a los mercados doméstico, comercial, industrial, agrícola y marítimo en todo el condado de Wexford, Irlanda.
Lo único que Kelly lamenta es no haberlo hecho antes. Pero como ella misma dice: “más vale tarde que nunca”.
“Estoy muy feliz con mi decisión. Hay muchas oportunidades en esta industria y varios trabajos para elegir, ya sea para conducir camiones de lona, camiones madereros, camiones cisterna de recuperación, grúas; la lista es interminable”.
Otra de las ventajas que Kelly identifica es la posibilidad de convertirse en director de transporte o incluso en propietario, además de tener la oportunidad de viajar al extranjero.
“Deber haber más oportunidades para mujeres y jóvenes”
Kelly lamenta las pocas opciones que se les otorgan a los jóvenes para ingresar a la industria, ya que cuando obtienen sus licencias, no poseen experiencia.
“Creo que los empresarios deberían plantearse establecer planes de formación dentro de sus empresas para incentivar y atraer a los jóvenes conductores”.
Para Kelly, el hecho de que se deba tener al menos 21 años para convertirse en un operador profesional es una limitante, ya que esto hace que los jóvenes de 18 años busquen otras oportunidades, lo que probablemente los lleva por otros caminos profesionales.
No obstante, Kelly celebra que la industria esté poco a poco creciendo para las mujeres conductoras.
“Realmente es como una pequeña comunidad de amigos que se cuidan todos los días. El apoyo desde el comienzo de mi viaje ha sido fenomenal, y estaré eternamente agradecida. Si estás considerando esta carrera, ¡no lo dudes!”, finalizó.