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Suecia va por 3,000 kilómetros de carreteras electrificadas

Cargar las baterías de coches, camiones y autobuses a través del asfalto. Esta es una de las soluciones que está impulsando Suecia para reducir las emisiones contaminantes vinculadas al transporte terrestre.
El país escandinavo es pionero en desarrollar y testar este tipo de tecnología, y el Gobierno se ha propuesto electrificar 3.000 kilómetros de carretera hasta el año 2035, principalmente para hacer el transporte de mercancías más verde.

Las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte representan aproximadamente un tercio de las emisiones totales de Suecia. Proceden principalmente de la actividad de turismos y camiones.
De acuerdo con los objetivos establecidos en el plan de política climática aprobado por el Parlamento sueco en el año 2017, deberán haberse reducido en un 70% en el 2030 en comparación con el año 2010.

Pero los últimos datos de la Agencia Sueca de Protección Ambiental indican que queda camino por recorrer, ya que hasta ahora se ha logrado una disminución del 20%, lejos del objetivo.

El objetivo es cargar baterías de coches, camiones y autobuses a través del asfalto

Con el objetivo de acelerar los avances, a finales del año pasado el Gobierno sueco creó una comisión, también con presencia de representantes empresariales, para explorar diversas soluciones que sean capaces de reducir el impacto medioambiental del transporte de mercancías, como el uso de hidrógeno como combustible alternativo y la electrificación de las carreteras.

Según el ministro de Infraestructuras, Tomas Eneroth, esta tecnología será esencial para lograr el objetivo de reducción de emisiones en el 2030 y también para cumplir un hito más ambicioso, que el sector del transporte de Suecia sea climáticamente neutro en el año 2045.

“Vemos que el transporte de mercancías está creciendo, y debemos asegurar que es sostenible. La Administración de Transporte de Suecia tiene ahora la tarea de encontrar hasta 3.000 kilómetros de carreteras con mucho tráfico que puedan convertirse en carreteras eléctricas”, dijo Eneroth en una entrevista al periódico sueco Svenska Dagbladet .

Según los expertos en esta novedosa materia, la tecnología para hacerlo realidad ya existe, y ahora el reto es encontrar la fórmula para que estas carreteras del futuro funcionen en un ecosistema empresarial que sea completo. Entre otras cuestiones, explorar si son socioeconómicamente viables y qué vías de financiación y administración serían las más adecuadas.

Cinco años de investigación pública

Suecia está a la vanguardia en el desarrollo de varias tecnologías para impulsar las carreteras eléctricas, y en los últimos cinco años ha desplegado tres sistemas distintos con financiación pública: catenarias aéreas, rieles eléctricos en el asfalto, y conexión inalámbrica.
El sistema de suspensión en el aire es el más maduro, pero tiene el inconveniente de que, por su altura, solo sirve para los camiones y no lo podrían aprovechar los turismos. La primera instalación en el mundo con este tipo de tecnología se inauguró en Sandviken en el 2016.

Dos años más tarde se puso en marcha la primera prueba piloto con un riel eléctrico en la calzada en los alrededores del aeropuerto de Estocolmo, y desde el pasado verano se está experimentando con este modelo también en la ciudad sureña de Lund. La tecnología más reciente e innovadora, que se está probando en la isla de Gotland, es la que carga los vehículos a través de inducción, sin necesidad de una conexión física.

Las placas se colocan bajo el asfalto, por lo que no tiene ningún impacto visual. “Las carreteras eléctricas no son la única solución, pero son una solución entre muchas para conseguir los objetivos”, asegura Sundelin.

Eso es lo que pretende el Sveriges Forskningsinstitut (RISE), un instituto de investigación estatal sueco que desde el año 2016 ha liderado una plataforma de investigación sobre las carreteras eléctricas en colaboración con varias universidades y también empresas como Volvo, Scania y Vattenfall. “Hemos realizado cálculos financieros sobre un sistema completo de carreteras eléctricas y muestran que son rentables en el largo plazo”, asegura Håkan Sundelin, experto en movilidad eléctrica del RISE. “Y si es rentable en Suecia, con nuestros flujos de transporte relativamente bajos, puede ser rentable en casi cualquier lugar”, añade.

En el Reino Unido, el Gobierno también ha lanzado un ensayo a través de la empresa pública Highways England, que gestiona las mayores carreteras y autopistas del país. Y, en Estados Unidos, la multinacional Siemens ya está probando la tecnología con un proyecto similar en un tramo de carretera de 30 km entre la ciudad de Los Ángeles y Long Beach.

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