Profepa, a la caza de los verificentros corruptos
Antes de que termine el año, los 409 verificentros que hay en los seis estados que integran la megalópolis serán inspeccionados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a fin de revisar que los equipos de medición para las pruebas de verificación operen correctamente y evitar que se otorguen hologramas equivocados mediante mediciones manipuladas, con lo que se busca impedir prácticas de corrupción.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el subprocurador de Inspección Industrial de la Profepa, Arturo Rodríguez Abitia, explicó que en las visitas a los verificentros, que empezarán a partir del 1 de julio, se revisará que los equipos de medición sean legítimos y “no piratas”, que cuenten con el mantenimiento adecuado previsto en la normatividad y estén calibrados de manera correcta; asimismo, se vigilará que el personal —tanto el que opera el equipo como el que le da mantenimiento— esté capacitado.
“La tarea que haremos no va a acabar con la corrupción, pero sí puede contribuir, porque la corrupción depende de muchas cosas, pero lo que sí esperamos es que no sea por problemas de medición”, afirmó.
Destacó que las sanciones para los 409 verificentros —300 de verificación vehicular en la Zona Metropolitana del Valle de México y 109 verificentros federales en la megalópolis— que incurran en alguna irregularidad pueden ser la clausura o multas entre 50 y 50 mil salarios mínimos.
Rodríguez Abitia explicó que si el equipo de medición no funciona correctamente, los inspectores pueden suspender la actividad para evitar que otorgue un holograma que no corresponde. La suspensión de actividades, que deriva en una clausura parcial, será levantada hasta que se garantice que las mediciones son confiables.
El 7 de junio se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Norma Emergente de Verificación Vehicular que otorga facultades a la Profepa para la inspección de los verificentros, potestad que anteriormente correspondía a los gobiernos locales, y se supervisará que los centros cuenten con los equipos y especificaciones establecidas para los tres métodos de prueba que componen la verificación.
Para la Prueba de Diagnóstico a Bordo (OBD, por sus siglas en inglés) se revisarán los cinco monitores que los vehículos deberán pasar, que son los sistemas de detección de condiciones inadecuadas de ignición de cilindros, de eficiencia de convertidor catalítico, de combustible, de sensores de oxígeno y componentes integrales.
En la prueba dinámica se inspeccionarán el dinamómetro, los analizadores de gases, las sondas de muestreo; mientras que para la prueba estática se supervisará también el tacómetro.
Y se pedirán a los inspeccionados las facturas de los equipos, bitácoras de operación, calibración y mantenimiento por laboratorios acreditados.
El subprocurador de la Profepa detalló que en un inicio se desplegarán entre 40 y 45 inspectores para la inspección de los más de 400 verificentros, pero se irá incrementando el número de elementos para esta tarea; adelantó que trabajan en coordinación con los gobiernos de los estados de la megalópolis para la capacitación de los inspectores.
Sobre el uso de los sensores remotos para la detección de vehículos ostensiblemente contaminantes, aclaró que sólo los utilizarán de manera coordinada con las autoridades locales o federales, puesto que la Profepa no está facultada para reducir los carriles o detener a los automovilistas.
Fuente El Universal