Operadores acusan violación a Derechos Humanos por pruebas antidoping
La valoración médica de trabajadores del transporte de carga que aplican algunas empresas para detectar consumo de sustancias ilegales ha topado con las quejas que los empleados presentan ante Derechos Humanos y que convierte la situación en problema.
Así lo señaló el presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga, Roberto Díaz Ruiz, al señalar que el flagelo de las adicciones lamentablemente no ha cesado en la clase trabajadora.
De hecho, el sector del autotransporte al que por años se ha atribuido esta práctica, con fundamento o sin él, no es el único que lo padece pues por desgracia se ha expandido hacia diversos ámbitos de la vida productiva, agregó.
En el caso particular, efectivamente puede ser una de las causas de las fallas humanas que originan más del 80% de los accidentes que se generan entre vehículos dentro y fuera de las ciudades.
Para ello, las empresas grandes y organizadas cuentan con servicios médicos para examinar a los conductores; es una práctica obligada incluso para el transporte de pasajeros en las centrales de autobuses, donde los choferes no salen sin haber pasado antes a consultorio y lo deben aprobar también para el refrendo de sus licencias.
Sin embargo, en el caso de las empresas del autotransporte de carga, que habilitan el servicio médico y en su caso de laboratorio, cuando de manera sorpresiva solicitan muestras de sus trabajadores para aplicar antidoping, se encuentran con que algunos empleados se sienten violentados y recurren a Derechos Humanos para inconformarse.
La situación se vuelve entonces un problema de otra naturaleza y aun así se insiste en practicar los exámenes correspondientes de manera recurrente como una vía de garantizar que el chofer está en condiciones plenas para ejercer su labor y que no sea sólo para refrendar la licencia, esa es la única finalidad y está justificada.
En ese contexto, Díaz Ruiz sostuvo que los datos estadísticos indican que menos del 20% de los accidentes obedecen a fallas mecánicas y el resto se producen por fallas humanas donde la capacitación es indispensable y se brinda al trabajador, pero un factor importante sigue siendo que algunos no van al 100 de sus capacidades.
Al respecto, reconoció la labor de agrupaciones como los Centros de Integración Juvenil, con esfuerzos enormes que deben ser apoyados con más fuerza por la sociedad porque hoy en día el problema parece que se generaliza y va más allá de quien se dedica únicamente al transporte, sino que se padece en muchos segmentos de los trabajos de la población.
Fuente Heraldo