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Manzanillo, el puerto del narco

El fallido intento de asesinato, hace unas semanas, del ex gobernador y delegado del PRI para el occidente de México, Fernando Moreno Peña, puso los reflectores sobre el puerto de Manzanillo. Más allá de lo que se ha podido saber sobre el móvil del atentado, es evidente que Colima es hoy el punto de choque de las bandas del crimen organizado.

Manzanillo, el puerto más importante para la importación ilegal de efedrina. Los grandes productores mundiales de este precursor de drogas sintéticas son Alemania, China y Singapur. Sacar efedrina ilegal de Alemania es prácticamente imposible (o al menos eso creíamos hasta antes del escándalo los Volkswagen), por lo que la entrada de esa droga en México es por los puertos del Pacífico: Lázaro Cárdenas, Michoacán y Manzanillo, Colima.

La introducción y transformación de la efedrina comenzó a ser importante en los años 90. Era una droga de nicho, no dejaba ni de lejos las ganancias de la cocaína, que vivía su mejor momento, pero fue suficiente para el surgimiento del cártel de Colima de los hermanos Amezcua Contreras. Cuando éstos caen en desgracia el negocio lo toman los Valencia, un familia de Tepacaltepec, Michoacán (un municipio serrano antes desconocido y hoy famoso por los niveles de violencia y la importancia de sus capos), quienes toman el control del puerto de Manzanillo y expanden la producción de metanfetamina hacia los valles de Guadalajara. La detención del Lobo Valencia desató una lucha por la sucesión de la que salió el famoso cártel Nueva Generación, que logra imponerse a sus enemigos —La Resistencia—, merced de una alianza con el cártel de Sinaloa, operada por el entonces socio y zar de las drogas en el Occidente del país, Ignacio Nacho Coronel. Este acuerdo incluía entre otras cosas compartir el control del puerto de Manzanillo.

La muerte de Coronel y la caída (habría que decir visita) a la cárcel del Chapo Guzmán dejó al Mencho y a Abigail González Valencia, líderes del Nueva Generación, solos en un negocio en plena expansión, merced de la batalla en Estados Unidos contra los laboratorios de producción de metanfetamina (la famosa serie de televisión Breaking Bad está situada en ese contexto). Se quedaron no sólo como el cártel con mayor control territorial, sino como los principales productores de metanfetamina del mundo.

Hoy la rueda de la fortuna narca ha dado otra vuelta: Abigail González Valencia está detenido; el Mencho anda a salto de mata perseguido por el Ejército desde el 1 de mayo, lo mismo que Joaquín Guzmán Loera, pero en busca de recuperar una de las joyas de la corona del crimen organizado: el puerto de Manzanillo. La batalla está en pleno.

Fuente El economista

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