¿Es cierto que la gasolina y el diésel pueden congelarse con las bajas temperaturas?
La fórmula química de la gasolina y del diésel siempre es la misma, pero algunas de sus especificaciones (como, por ejemplo, la presión de vapor y el evaporado) cambian en verano y en invierno: por ello, dependiendo de la estación, se añaden diferentes aditivos para que estos dos combustibles se comporten mejor cuando las temperaturas son extremas.
Sí, el diésel se puede congelar
Como decíamos, los coches con un motor diésel tienen, estos días, más posibilidades de ver cómo su depósito se congela porque el punto de este combustible es de menos diez grados: una temperatura que es difícil alcanzar en el norte de México.
La clave reside en el Punto de Obstrucción de Filtro en Frío (POFF): uno de los componentes principales del diésel son las moléculas lineales. En un escenario de bajas temperaturas, por debajo de los diez grados, estas partículas pueden cristalizarse en el tanque obstruyendo el filtro. ¿El resultado? No llega suficiente combustible a la cámara de combustión.
Si esto sucede cuando el coche está aparcado, no podrás arrancarlo. Si tiene lugar mientras estás conduciendo, notarás que pierde fuerza: empezará a dar tirones y acabará parándose. En ambos casos la solución es esperar a que el diésel se descongele: no intentes poner en marcha el motor porque estarás forzando la bomba y, además, puedes quedarte sin batería.
¿Y la gasolina?
El caso de la gasolina es más especial porque el coche tendría que estar sometido a temperaturas mucho más extremas: es a cuarenta grados bajo cero cuando este combustible comienza a cristalizarse y, por lo tanto, a obstruir el filtro impidiendo que arranque el motor. Eso sí, el punto de congelación está aún más lejos: es de -107 grados, así que es mucho más complicado que se hiele.
En verano, sin embargo, las cosas cambian porque la gasolina tiene una presión de vapor diferente y su porcentaje de destilación es de 70 grados: de esta forma, la cantidad de gases que hay en la cámara de combustión es suficientemente alta para crear la combustión.