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Delia, la mujer que maneja full

En México, conducir transporte de carga pareciera un trabajo exclusivo para hombres, pero no lo es, a pesar de la inseguridad, Delia Belén Barrera Ponce, es una de las pocas mujeres que ha logrado conquistar las carreteras del norte del país a bordo de su tráiler doble remolque, sorprendiendo a transportistas, empresarios y hasta militares.
De acuerdo a empresas de Seguridad Privada los atracos al transporte de carga en Nuevo León, Coahuila, Sinaloa van en incremento, a pesar de ello, desde hace un año Delia Belén, originaria de Cruces comunidad de Namiquipa en Chihuahua, es de las pocas mujeres que recorren distintas rutas de estas entidades para entregar sus cargas.
Mientras que al sureste del país, en estados como Veracruz las asociaciones de Transportistas ni siquiera tienen registro de mujeres que tengan la oportunidad de operar unidades de carga pesada, siendo la inseguridad, o el riesgo de accidentes los principales pretextos de algunas empresas.
“México no está preparado para ver mujeres trabajando en el transporte y otros giros, somos muchas las que tenemos diferentes trabajos, aquí está la prueba que si podemos hacerlo, las mujeres somos más precavidas y eso nos ayuda para evitar accidentes, y seguir las recomendaciones para evitar ser víctimas de la delincuencia” expresó, quien también incursionó en la política siendo presidenta municipal de su comunidad y regidora de su municipio.
Aunque de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en el 2014, casi 3 de cada 20 personas ocupadas en el sector transporte son mujeres, actualmente son contadas las que logran operar un tráiler y recorrer el país.
Conducir el doble remolque le ha permitido conocer la problemática de este sector ante los incrementos al combustible, la inseguridad y las malas condiciones de las carreteras, a pesar de ser muy caras las cuotas de peaje.

 

Vencer a una sociedad machista, el reto al operar un tráiler full

Operar un tráiler full no fue tan difícil, comparado con enfrentar una sociedad machista, al llegar a las empresas a recoger o entregar la carga, a los paraderos a comer o las gasolineras para dormir unas horas, consideró Delia Belén, al agradecer el respeto que ha ido ganando de sus compañeros.
Para Belén la cultura machista sólo se ha disfrazado, una muestra es que en el sector transportista las mujeres abordo de un tráiler son solo damas de compañía, incluso durante un retén militar, le solicitaron se retirara del lugar, al no poder creer que ella operaba la unidad de carga.
Sin embargo, conoce al menos tres mujeres que han incursionado en el sector transportista en Estados Unidos, quienes la motivaron junto con su esposo a aprender a conducir un tractocamión, y al paso de dos meses comenzó a dominar las carreteras con un doble remolque propiedad de su esposo.
Por ello, busca sentar un precedente para que las empresas permitan que las mujeres operen las unidades de carga como sucede en otros países.
Al lograr vencer el miedo y ganar el respeto de sus compañeros transportistas, que en una ocasión acudieron a auxiliarla cuando se quebró un remolque, el próximo reto para esta mujer es recorrer las carreteras del sur de ahora abordo de su tráiler tipo full.
Y es que hace más de 20 años que Delia Belén recorrer las carreteras del país con la venta de autos nacionalizados que adquiría en Denver, Colorado y vendía en Chiapas y otros estados del sur de México.

No sólo el transporte, también en la política tuvo que luchar contra el machismo y librar la inseguridad

Delia Belén es una mujer de retos, que ha luchado por la equidad de género, sentar precedentes que abran nuevos espacios para las nuevas generaciones de mujeres, esa fue su motivación para incursionar también en la política en su comunidad de Cruces, perteneciente al municipio de Namiquipa en Chihuahua.
“Mi gusto por la política creo que mi abuelo fue responsable, porque en lugar de cuentos me leía la constitución, el fue juez de paz y el me inculcó sin pensarlo a lo mejor, solo que la mía era una política muy limpia, muy diferente, apartidista, totalmente” expresó.
Al conseguir ser la primera presidenta municipal de su localidad, y la regidora con la Comisión de Policía con 69 elementos a su cargó luchó por erradicar la cultura de la violencia a la mujer, creando un Centro de Rehabilitación al que se enviaban a las personas que en estado de ebriedad llegaban a golpear a sus parejas.
Pero Delia nunca se apartó del volante y los motores, pues en una comunidad a 40 minutos del médico más cercano, fue muchas veces la responsable de conducir la ambulancia para llevar a un enfermo a recibir atención médica.
Sin embargo, la inseguridad y violencia marco el paso de la administración de la que fue parte, “estuve en un tiempo muy duro para mi municipio, hubo muchas muertes, mataron a casi toda la administración comandante, regidor de gobernación, salí de ahí entre amenazas y sufrí un levantón, pero termine bien” afirmó.
No obstante, al continuar en la política, como dirigente estatal del Frente Revolucionario de Campesinos y Trabajadores de México, comenzó a gestionar recursos para programas para la población vulnerable, acción que molesto a ciertos grupos que la amenazaron, y al no lograr hacerla desistir, asesinaron a su primer esposo.

Mujer transportista, política, pero también madre responsable

Para Delia Belén no sólo se trato de abrirse paso en la política y ayudar al pueblo, o incursionar en el sector transportista y sentar un precedente para otras mujeres, como madre, se preocupa de no descuidar a su hija e hijo y esposo.
“Fue muy bonito, lavaba de noche, porque no tenía alguien que me ayudara en casa, era mamá de cocinar, mamá de Rancho, a lo mejor me desgaste mucho, incluso me daba tiempo de estar con mis papas, era lo máximo, a lo mejor la única diversión que tuve, si pude ser mamá” expresó.
Al paso de los años, es una madre orgullosa de tener hijos profesionistas, con valores y sobre todo un lado humano, para ayudar a los que menos tienen, sin esperar nada a cambio.
Y es como madre de familia que consideró que al país lo que le hace falta es política con más corazón, sensibilidad, que desde el hogar se recuperen valores, pero también que los funcionarios públicos pongan más corazón a su labor.
“Visualicemos un México con más corazón, más sensibilidad en la política, y estoy segura que cambiaría, porque aunque es un pueblo perdido al noroeste de Chihuahua, funcionó y sé que funciona en un municipio de 25 mil habitantes también funcionó ya se perdió cuando nos dejamos vencer” expresó.

 

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