5 estrategias para mejorar el transporte refrigerado de última milla
Mantener el control de temperatura de alimentos es una práctica fundamental para evitar la pérdida de productos, garantizando así que estos lleguen en óptimas condiciones a los consumidores.
Y esta época del año también presenta un desafío para la industria alimentaria: la conservación de productos perecederos. Es aquí donde el transporte refrigerado juega un papel fundamental, especialmente en la última milla, la etapa final del viaje que lleva los alimentos desde los centros de distribución hasta la mesa del consumidor.
En México, el mercado del transporte refrigerado ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, impulsado por el aumento de la demanda de productos frescos y procesados, la expansión del comercio electrónico y la mayor conciencia sobre la importancia de la seguridad alimentaria.
Esto es evidente ante el tamaño del mercado mundial de la logística de última, que se valoró en $41,231 millones de dólares en 2022 y se espera que se expanda a una CAGR del 14.78% para 2028.1
Durante los trayectos de última milla, los alimentos se exponen a diversas condiciones ambientales que pueden afectar su integridad. Por lo tanto, la implementación de soluciones eficientes y sostenibles en esta etapa final de la cadena de suministro es fundamental para garantizar que los consumidores reciban productos frescos y seguros.
Los riesgos de no mantener el control de temperatura de los alimentos
Los alimentos sensibles a la temperatura, como productos lácteos, carnes, pescados, frutas y verduras, son particularmente vulnerables a los cambios de temperatura, por lo que requieren condiciones específicas de almacenamiento y transporte para evitar su deterioro. SÍ los alimentos no se mantienen dentro de los rangos adecuados, pueden ocurrir varios problemas:
- Deterioro de la calidad de los productos, afectando la pérdida del sabor, textura y aspecto.
- Descomposición del producto, llevándolo a un estado no apto para el consumo.
- Enfermedades transmitidas por alimentos, ya que algunas bacterias pueden crecer rápidamente y causar enfermedades graves, incluso mortales.
- Pérdidas económicas por los productos estropeados, lo que representa una pérdida directa para los fabricantes y distribuidores.
- Daño a la reputación, pues un brote de enfermedad transmitida por alimentos puede dañar gravemente la reputación de una empresa y costarle clientes.
Estrategias para garantizar entregas eficientes de productos frescos
Uso de vehículos refrigerados eficientes: Invertir en vehículos con tecnología de punta que mantengan una temperatura constante durante el trayecto.
Optimización de rutas: Planificar rutas eficientes que minimicen el tiempo de transporte y reduzcan las emisiones de CO2.
Monitoreo en tiempo real: Implementar sistemas de monitoreo que permitan rastrear la ubicación, temperatura y condiciones de los productos durante el transporte.
Entrega a domicilio: Ofrecer servicios de entrega a domicilio para mayor comodidad de los consumidores.
Reducción del desperdicio: Implementar estrategias para reducir el desperdicio de alimentos, como la donación de productos excedentes a bancos de alimentos.
“La inversión en sistemas de control de temperatura efectivos en la última milla ayuda a proteger la calidad de los alimentos y genera beneficios económicos a lo largo de la cadena de suministro, ya que se reducen las mermas por alteraciones de los productos, se mejora la satisfacción del cliente y se fortalece la imagen de las empresas involucradas”, dijo José Carlos Gómez, de Thermo King México.
Al combinar las estrategias y soluciones con las mejores prácticas, los operadores logísticos y distribuidores pueden minimizar los riesgos asociados al transporte de alimentos y bebidas sensibles a la temperatura durante el verano, y con esto garantizar entregas eficientes, proteger la calidad de los productos y satisfacer a sus clientes.