
La gigante estadounidense United Parcel Service (UPS) sorprendió al mercado al cancelar su acuerdo para adquirir la mexicana Estafeta, una de las principales empresas de mensajería y paquetería del país. La operación, anunciada en julio de 2024, buscaba crear un negocio conjunto de más de 1,000 millones de dólares, pero terminó deshaciéndose por “imposibilidad de cumplir todas las condiciones de cierre”.
En un comunicado, UPS explicó que, pese a meses de negociaciones y ajustes, no logró concretar todos los requisitos legales y regulatorios para cerrar la transacción. Estafeta, por su parte, aseguró que seguirá operando con “solidez, calidad y confiabilidad” y que continuará enfocada en su crecimiento independiente.
¿Por qué se cayó la compra?
Fuentes del sector apuntan a tres posibles factores:
- Barreras regulatorias: Integrar operaciones de transporte y mensajería bajo distintos marcos legales es complejo, especialmente en México donde convergen normas federales y estatales.
- Condiciones financieras y operativas: Estándares de infraestructura, tecnología y cumplimiento pudieron no alinearse con las exigencias globales de UPS.
- Entorno económico cambiante: Ajustes recientes en reglas de comercio transfronterizo y costos logísticos habrían restado atractivo al acuerdo original.
Estafeta sin UPS: escenarios para el futuro
Aunque no tendrá la plataforma global de UPS detrás, Estafeta conserva ventajas competitivas: marca reconocida, red logística nacional y conocimiento profundo del mercado local. Sus caminos posibles:
- Fortalecimiento orgánico: invertir en digitalización, automatización de centros de distribución y mejoras de última milla para competir contra DHL, FedEx y Amazon Logistics.
- Alianzas estratégicas: buscar joint ventures o acuerdos operativos sin ceder control accionario, por ejemplo con operadores regionales en Centroamérica.
- Especialización: enfocarse en segmentos premium (farmacéutico, e-commerce de alto valor) para diferenciarse en precio y servicio.
En todos los escenarios, Estafeta deberá reforzar su red tecnológica y su capital humano para mantener márgenes en un mercado cada vez más saturado.
Impacto en la industria mexicana
El caso evidencia que no todo acuerdo internacional se cristaliza. Para la industria de mensajería en México es una llamada de atención: las reglas del juego cambian rápido y sólo los operadores que combinen eficiencia operativa, cumplimiento regulatorio y servicio de calidad podrán crecer de forma sostenible.
UPS, por su parte, podría redirigir su estrategia a alianzas con terceros o inversiones propias en infraestructura, manteniendo presencia en México pero sin la adquisición de un jugador loca