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Buques de Hanjin buscan refugio mientras se quedan sin agua y comida

La naviera surcoreana Hanjin Shipping está a la deriva… y en más de un sentido. La compañía, séptima del mundo en su sector y primera de su país, quebró la semana pasada creando una situación insólita para los 85 buques que han sido abandonados en alta mar, ya que los puertos de EEUU, Europa y Asia no les dejan atracar ante el miedo a que no puedan pagar las tasas portuarias o que sus cargas sean confiscadas por los acreedores, lo que puede afectar al funcionamiento normal de los mismos. Ante la situación, los capitanes buscan lugares donde todavía puedan atracar, aunque solo sea para que su tripulación tenga comida y agua.

Actualmente, Hanjin opera 97 buques portacontenedores que transportan desde ordenadores a juguetes, pasando por ropa, y que suponen el flujo sanguíneo del comercio mundial. Según las estimaciones de Reuters, su flota transporta actualmente un total de 14.000 millones de dólares en mercancías.

Los problemas en el sector naviero llegan justo cuando compañías de todo el globo están enviando sus productos para llenar las estanterías de cara a la temporada de compras de final de año. Ahora mismo, más de la mitad de la flota de Hanjin tiene denegada la entrada a los puertos.

“Nuestros cargueros se han convertido en buques fantasma”, explica Kim Ho Kyung, del sindicato de Hanjin Shipping. “El agua y la comida se están acabando en aquellos barcos que están en aguas internacionales”, alerta.

Rescate orquestado por el Gobierno

La situación es tan crítica que ayer las autoridades surcoreanas se apresuraron a conseguir una inyección de capital para que la empresa al menos pudiera seguir funcionando. Hanjin Group, matriz de la naviera y que se había desentendido, pondrá 100.000 millones de wones (90 millones de dólares), incluyendo 40.000 millones de su presidente Cho Yang Ho, para evitar problemas en la cadena de suministros.

Al mismo tiempo, el Partido Saenuri, actualmente en el Gobierno, ha pedido al propio ejecutivo que ofrezca un crédito blando de otros 100.000 millones de wones si la matriz ofrece garantías. Sin embargo, la administración judicial que ha cogido el timón considera que estas cantidades son insuficientes.

El ministerio de Océanos y Pesca del país estima que Hanjin Shipping necesita al menos 600.000 millones de wones solo para cubrir los impagos, incluyendo 100.000 millones a corto plazo para pagar tasas portuarias o poder desembarcar los cargamentos.

Barcos varados

Mientras la situación se agrava por momentos, la compañía ha comenzado a avituallar a las tripulaciones de los seis barcos que están anclados en puertos como Rotterdam o Singapuar. Hanjin tiene varados unos 70 buques portacontenedores y otros 15 buques graneleros en 50 puertos de 26 países diferentes.

Por ejemplo, un capitán de un buque de Hanjin que actualmente está en aguas internacionales cerca de Japón ha recibido permiso para descargar, pero con el compromiso de abandonar inmediatamente el puerto. Además, sus peticiones de agua y comida han sido rechazadas, según ha confesado de manera anónima a la agencia Bloomberg. Por ello, pide medidas porque no sabe cuánto tiempo van a estar a la deriva en el mar.

De hecho, algunos capitanes están optando por ir a Singapur, Hamburgo o al puerto surcoreano de Busan, donde confían en que sus mercancías no serán confiscadas y donde puedan buscar alternativas para que las cargas lleguen a su destino. Mientras, los abogados de Hanjin buscan soluciones para evitar precisamente que los acreedores se queden con ellas e incluso con los barcos.

La semana pasada, Hanjin Shipping vio como los bancos que la estaban manteniendo a flote rechazaban su propuesta de reestructuración, y el KDB, banco público que lideraba las negociaciones, cifró en 1,3 billones de wones las necesidades de la compañía.

El sector no remonta tras la crisis

La naviera surcorena supone el mejor ejemplo de los problemas de un sector que no consigue recuperarse del todo del fuerte impacto que supuso la crisis financiera de 2008. Las tarifas se han hundido ante la caída de la demanda, y empresas como Moeller-Maersk o Hapag-Lloyd han intentando todo -fusiones, adquisiciones, recortes de costes- esperando una reactivación global que no termina de llegar.

De hecho, la industria naviera global lleva operando con pérdidas desde finales de 2015, y en conjunto podría perder 5.000 millones de dólares por la sobrecapacidad, según Drewry Maritime Research.

Fuente El economista.es

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