
En una investigación que sacude la operación aduanal, la Fiscalía General de la República (FGR) ha descubierto que verificadores de aduanas en puertos clave falsificaban muestras de combustible para encubrir la importación ilegal de hidrocarburos, en lo que se considera una pieza central de una red de huachicol fiscal.
Modo de operación: engaño desde los muelles
La indagatoria apunta a que los verificadores encargados de inspeccionar buques en los puertos de Tampico, Altamira, Guaymas y Ensenada cumplían solo una función formal. En los hechos, tomaban muestras de supuestos aditivos o aceites —que pagan menos impuestos—, cuando en realidad los buques transportaban diésel o productos sujetos a gravámenes mayores.
Los registros detallan que estas muestras “manipuladas” llegaban al laboratorio central de la Agencia Nacional de Aduanas para su análisis. Allí, el resultado siempre terminaba validando que lo que cargaban los barcos era “aceite” o sustancias permitidas, cuando los informes internos comprobaron que lo que realmente se movía era combustible sujeto a impuestos.
Uno de los casos más reveladores ocurre en Tampico, bajo el mando del exsubdirector de Vigilancia y Control de la Aduana Marítima, el capitán Sergio Varela Morales. Se le acusa de presentar frascos con sustancias distintas para disfrazar las operaciones reales. La indagatoria señala que había preparado muestras de “aceite” ya antes de que los barcos llegaran.
Los actores involucrados: maniobras y complicidades
La red de corrupción no era pequeña ni improvisada. La investigación de la FGR identifica a al menos un capitán de la Marina y seis verificadores como parte del esquema, todos afiliados al grupo conocido como Los Primos, vinculado con los hermanos Farías Laguna.
Además de Varela Morales, están implicados Antonio Campos Vera, primer maestre y verificador de carga; Leonardo Macías Valdivia, otro verificador activo; y otros funcionarios identificados como Ricaño y Anatalia en tareas de muestreo y verificación documental.
Según declaraciones del testigo colaborador con clave Santo (quien dirigió la aduana de Tampico), se pagaron “gratificaciones” por cada barco ingresado bajo este esquema. En concreto, 50,000 pesos entregados al capitán Varela, enviados por el capitán Sol, por cada uno de los 14 buques que arribaron entre abril de 2024 y enero de 2025. También habría pagos de 40,000 pesos a verificadores para que “taparan” las falsificaciones.
El equipo especial para muestrear, denominado Géminis, fue instrumento clave del engaño: los verificadores podían preparar antes los frascos, hacer dobleces documentales y coordinar con el laboratorio para que los resultados favorecieran la operación ilegal.
Alcances y consecuencias del esquema
La magnitud del fraude es relevante: la red habría permitido que buques descargaran millones de litros de combustible en territorio nacional sin pagar los impuestos correspondientes, disfrazando la operación como carga de aditivos o aceites. En Guaymas, por ejemplo, está implicado el buque Torm Agnes, que habría descargado 2 millones de litros mediante este mecanismo. (Informador) (El Informador)
Ya están detenidos y vinculados a proceso los verificadores Perla Elizabeth Castro Sánchez, Anatalia J. Gutiérrez e Ismael Ricaño Matías, por presunta omisión deliberada, falsificación de muestras y complicidad con la red. Castro Sánchez estaba al frente del Departamento de Operaciones y manejaba el envío de muestras al laboratorio central, además de revisar la documentación de las embarcaciones que llegaban a puerto.
Riesgos institucionales y cómo se debe responder
Este caso va más allá de corrupción local: debilita la credibilidad de los sistemas de fiscalización marítima y aduanera en México. Si los verificadores, quienes se supone deben custodiar la legalidad, se convierten en cómplices, el sistema completo queda en riesgo.
Para recuperar autoridad, la FGR y la Aduana deben transparentar:
- Quiénes autorizaron este esquema desde niveles superiores,
- Cómo afectó el erario nacional,
- Cómo se garantizará que el laboratorio central no vuelva a ser manipulado,
- Qué protocolos de control y sanción se aplicarán para evitar reincidencia.
El transporte marítimo, las operaciones aduanales y la cadena logística asociada quedan vulnerables: clientes legítimos asumen riesgos de reputación si se les vincula con rutas o buques hoy teñidos por la sospecha.