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Robo a transportistas cae 54% en 7 años; el sector reconoce avances, pero hay riesgos persistentes


El robo con violencia al autotransporte de carga en México muestra su nivel más bajo en casi una década. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), este delito pasó de un promedio de 30.3 casos diarios en 2018 a 14 casos al día en 2025, una caída del 54% que el sector reconoce como un avance relevante… pero insuficiente.

La administración federal atribuye el descenso a una estrategia combinada que incluye mayor vigilancia en corredores críticos, despliegue de la Guardia Nacional y coordinación con gobiernos estatales. En el primer año de la presidenta Claudia Sheinbaum, el promedio bajó de 18.3 a 14 robos diarios, consolidando una tendencia a la baja que no se veía desde antes de la pandemia.

Sin embargo, para las empresas de autotransporte y logística, la fotografía completa dista mucho de ser tranquilizadora. Aunque las cifras generales mejoran, el delito sigue concentrado en corredores específicos del centro del país, donde bandas dedicadas al robo de mercancía mantienen presencia activa y utilizan métodos más sofisticados: inhibidores de señal GPS, emboscadas en puntos ciegos y ataques coordinados en horarios de baja visibilidad.

La reducción estadística tampoco elimina el impacto operativo. Catorce robos diarios equivalen a más de 5,000 incidentes al año, suficientes para elevar primas de seguro, obligar a cambiar rutas, generar retrasos en cadenas de suministro e incrementar costos logísticos que afectan desde grandes transportistas hasta operadores independientes.

Expertos del sector coinciden en que el resultado es positivo, pero piden no caer en triunfalismos. La seguridad carretera, dicen, avanza, pero sigue siendo uno de los principales factores de riesgo para quienes transportan mercancía en México. La expectativa del sector es que la reducción se acompañe de mejoras en tecnología de rastreo, homologación de protocolos entre estados y atención puntual en los tramos con mayor incidencia.

El mensaje para las flotas es claro: hay avances, pero el riesgo sigue vivo. Y en un país donde la logística es columna vertebral de la economía, bajar la guardia no es opción.

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