
El Gas Natural Licuado (GNL) se ha convertido en una alternativa cada vez más relevante para el autotransporte de carga, especialmente ante la presión por reducir emisiones contaminantes y los costos de operación. Este combustible, compuesto principalmente por metano, se enfría a -162 °C para convertirse en líquido, lo que permite almacenarlo y transportarlo con mayor densidad energética que en su forma gaseosa.
¿Cómo funcionan los motores a GNL?
Los camiones que operan con GNL utilizan motores diseñados específicamente para este combustible, aunque pueden seguir dos configuraciones principales:
- Motores Otto dedicados (ciclo Otto): Funcionan de manera similar a un motor de gasolina, con bujías que encienden la mezcla de aire y gas. Son más silenciosos y adecuados para trayectos urbanos o de media distancia.
- Motores dual fuel (diésel-gas): Usan una pequeña cantidad de diésel como “encendedor” del gas. Son más potentes y se utilizan para aplicaciones de larga distancia o de carga pesada.
El GNL se almacena en tanques criogénicos especiales montados en el camión. Cuando el motor está en operación, el gas se vaporiza y se mezcla con aire para su combustión. El resultado es una reducción significativa en emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), material particulado y dióxido de carbono (CO₂), además de una operación más silenciosa.
Países donde se utiliza el GNL en el transporte de carga
El uso de GNL en flotas de camiones ha ido en aumento en varias regiones del mundo, especialmente donde hay infraestructura para su distribución y normativas ambientales estrictas:
- China: Es el líder mundial en la adopción de GNL para transporte pesado. Cuenta con más de 1 millón de vehículos a GNL y una red extensa de estaciones de carga.
- Europa: Países como España, Italia, Alemania y Francia han impulsado el uso del GNL mediante subsidios y normativas que favorecen combustibles limpios. La red de corredores europeos con estaciones de GNL sigue en expansión.
- Estados Unidos: Aunque el GNL compite con el gas natural comprimido (GNC), hay regiones, especialmente en la Costa Oeste y Texas, donde flotas de transporte pesado lo usan por sus ventajas en autonomía y costos.
- México: Aunque todavía incipiente, existen esfuerzos por incorporar el GNL en flotas de transporte, particularmente en el norte del país y en sectores industriales con acceso a infraestructura de gas. Empresas como Énestas han promovido proyectos piloto y el desarrollo de estaciones móviles de abastecimiento.
El GNL representa una opción viable para flotas que buscan reducir sus emisiones y costos operativos a largo plazo. Su adopción en México dependerá del desarrollo de infraestructura, incentivos gubernamentales y disponibilidad de unidades adaptadas. Sin embargo, con los avances en logística energética y la presión regulatoria, su participación en el mercado del autotransporte podría crecer significativamente en los próximos años.