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“Low Boy o Cama Baja”: la historia de fuerza discreta del transporte pesado en México y PROPER sabe como hacerlos

En el mundo del autotransporte de carga, pocas piezas de ingeniería son tan cruciales —y a la vez tan poco comprendidas— como las camas bajas, conocidas internacionalmente como Low Boys. Estas plataformas robustas y de perfil bajo son las encargadas de mover lo que nadie más puede: maquinaria industrial, equipo minero, transformadores eléctricos, estructuras metálicas y hasta locomotoras.

Pero ¿cómo se construye una cama baja y de dónde viene ese curioso nombre?


El origen del nombre: una historia anglosajona

El término Low Boy surgió en Estados Unidos durante los años 1920, cuando las empresas de maquinaria necesitaban remolques capaces de bajar el centro de gravedad de las cargas pesadas para evitar vuelcos.
A diferencia de los remolques planos convencionales (flatbeds), las low boys presentaban un escalón descendente detrás del cuello de ganso (gooseneck), lo que reducía su altura total al suelo.

Así nació la expresión “low boy”: un “chico bajo”, haciendo referencia a su perfil más cercano al pavimento. La traducción al español como “cama baja” se volvió común entre operadores y fabricantes latinoamericanos.


Ingeniería de acero y precisión

Una cama baja moderna es mucho más que una estructura soldada. Su construcción combina resistencia, flexibilidad y balance de carga. Los pasos básicos son:

  1. Diseño estructural: ingenieros calculan capacidad por eje, distribución del peso y centro de carga. Modelos 3D y software de simulación definen la geometría exacta.
  2. Selección de materiales: se utilizan aceros de alta resistencia, generalmente ASTM A572 grado 50 o equivalentes, con travesaños soldados y refuerzos longitudinales.
  3. Corte y ensamble: el bastidor principal se corta con plasma CNC para precisión milimétrica, garantizando uniformidad y rigidez estructural.
  4. Soldadura robotizada: las secciones se ensamblan con cordones de soldadura continuos, evitando puntos de fatiga.
  5. Pintura y acabado: se aplican tratamientos anticorrosivos y recubrimientos de poliuretano industrial para resistir condiciones extremas.
  6. Montaje de ejes, suspensión y sistema neumático: las suspensiones pueden ser de aire o mecánicas, con ejes ajustables según la carga.
  7. Pruebas de torsión y carga: antes de entregarse, cada cama baja es sometida a pruebas de deformación, resistencia y estabilidad.

El resultado es un remolque capaz de soportar entre 25 y 70 toneladas, dependiendo del modelo, con alturas de plataforma que van de 40 a 60 centímetros respecto al suelo.


Aplicaciones: cuando la logística se vuelve titánica

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Las low boys son esenciales para mover maquinaria fuera de norma, es decir, cargas que superan las dimensiones estándar de los camiones convencionales. Por ejemplo:

  • Excavadoras, bulldozers y retroexcavadoras.
  • Equipos industriales y generadores eléctricos.
  • Componentes eólicos o de infraestructura.
  • Tanques, calderas y transformadores.

Su diseño bajo permite cumplir límites de altura y estabilidad, evitando riesgos de colisión en puentes o curvas cerradas.


El caso mexicano: Proper Remolques y la evolución local

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En México, empresas como Proper Remolques han perfeccionado la fabricación de camas bajas adaptadas a las condiciones del país: caminos irregulares, pendientes pronunciadas y altas temperaturas.

Proper utiliza aceros nacionales e importados de alta calidad, e integra sistemas hidráulicos en el cuello desmontable que facilitan el ascenso y descenso de maquinaria. Además, ofrece personalización en capacidad, número de ejes, tipo de suspensión y pintura corporativa.

👉 Puedes conocer su línea completa de camas bajas y otros equipos para carga especializada en su sitio oficial:
www.properremolques.com



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