Los Nuevos Aranceles de EE.UU. y su Golpe al Transporte de Carga entre Asia y América
La reciente imposición de aranceles por parte del gobierno estadounidense hacia la mayoría de los países ha encendido alarmas en los corredores logísticos globales. Uno de los flujos más afectados será el del transporte marítimo y terrestre entre Asia y América, particularmente en lo referente a la relación comercial entre Estados Unidos y China, la cual representa uno de los ejes centrales del comercio internacional.
Flujo de Carga Asia-América: Un Tráfico Multibillonario en Riesgo
Según datos de la Oficina del Representante Comercial de EE.UU., en 2023 el comercio bilateral de bienes entre Estados Unidos y Asia superó los US$1.7 billones. China, Japón, Corea del Sur y Vietnam fueron los principales socios exportadores hacia EE.UU., con China sola representando más de US$560 mil millones en exportaciones hacia territorio estadounidense.
El puerto de Los Ángeles, el más importante de Estados Unidos, moviliza más del 40% de la carga marítima de importación, siendo el principal receptor de mercancías asiáticas. Contenedores con productos electrónicos, autopartes, maquinaria, textiles y artículos de consumo viajan en un flujo constante a través del Pacífico. Con la implementación de aranceles de hasta el 25% en muchas de estas categorías, se anticipa una contracción significativa de estos volúmenes.
Impacto en Costos y Rutas de Transporte
La Asociación Internacional de Transporte Marítimo (WSC) advierte que los costos de flete podrían aumentar entre un 15% y 25%, debido a la combinación de los nuevos aranceles, la menor demanda y el redireccionamiento de rutas. Las empresas transportistas enfrentan ahora la disyuntiva de absorber parte del costo o trasladarlo al cliente, lo que impacta directamente en la competitividad.
Además, hay preocupación sobre un posible desplazamiento de las rutas logísticas. Empresas estadounidenses podrían optar por diversificar proveedores hacia países que no enfrenten aranceles, como México, India o naciones del sudeste asiático. Esto podría transformar los corredores actuales de comercio, debilitando la posición dominante de los puertos del oeste de EE.UU. y redirigiendo tráfico hacia rutas más largas o complejas.
México como Alternativa, pero con Riesgos
México se perfila como un beneficiario potencial del conflicto comercial. Muchas compañías están acelerando su estrategia de “nearshoring” para instalar plantas cerca del mercado estadounidense y evitar los nuevos aranceles. Sin embargo, esto también implica un reto logístico, pues la infraestructura actual de transporte terrestre y ferroviario podría no estar preparada para una demanda tan acelerada sin inversiones complementarias.
Según la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), el flujo de mercancías provenientes de Asia vía México podría incrementarse entre 12% y 18% en 2025, lo que representaría una oportunidad, pero también un reto para el transporte terrestre mexicano en cuanto a seguridad, capacidad operativa y tiempos de entrega.
La imposición de aranceles generalizados por parte de EE.UU. marca un punto de inflexión en el comercio internacional. El flujo de carga entre Asia y América, uno de los más intensos del mundo, se verá afectado por una reducción de volúmenes, cambios de rutas y aumento de costos. Si bien México podría beneficiarse del redireccionamiento logístico, también tendrá que prepararse para enfrentar una nueva dinámica comercial, con mayores exigencias en infraestructura, regulación y seguridad para el transporte de carga.
