
Durante los primeros nueve meses de 2025, el transporte aéreo de carga en México ha mostrado señales de tensión. Si bien no hay estadísticas oficiales completas para todo ese periodo, los datos disponibles y los patrones observados en el primer semestre exhiben una tendencia a la caída, principalmente en el segmento internacional, que domina el volumen total. En el mejor de los escenarios, la recuperación en carga nacional sirve como amortiguador, pero no basta para revertir la pérdida acumulada.
Panorama general: caída internacional y resistencia local
Las cifras más recientes revelan un desplome considerable en la carga aérea internacional: en el primer semestre de 2025, el volumen internacional cayó 6.9 % respecto al mismo periodo del año anterior.
Las estadísticas de junio indican que ese mes la carga aérea total retrocedió 3.2 %, arrastrada por debilidad en rutas externas, mientras que la carga doméstica apenas logró un crecimiento modesto pero insuficiente para compensar la contracción externa.
Un desglose más fino muestra que solo tres aeropuertos del país registraron alzas en ese periodo, mientras que la mayoría enfrentaron retrocesos tanto en carga nacional como internacional. ( En particular, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) sufrió una caída del 14.7 % en carga total.
En contraste, algunas aerolíneas mexicanas lograron avances. Grupo Aeroméxico, por ejemplo, aumentó su carga internacional en un 5.2 % entre enero y junio, al movilizar aproximadamente 52,469 toneladas frente a 49,871 toneladas en el mismo lapso de 2024. Sin embargo, ese éxito particular no ha sido suficiente para revertir el efecto agregado decreciente.
Factores que explican la debilidad
Disminución del comercio extranjero
La caída en el movimiento internacional se puede vincular a la ralentización del comercio global, reacomodos en las cadenas logísticas y tarifas crecientes de flete aéreo. MexicoBusiness reportó que México registró una baja interanual de 6.3 % en volumen de carga aérea durante los primeros cinco meses del año, atribuible en parte a menores envíos desde EE. UU. y Asia.
Adicionalmente, durante los primeros cuatro meses de 2025, la carga aérea proveniente de EE. UU. cayó 21.7 % y la procedente de Asia retrocedió 23.9 % respecto al año anterior. Este golpe a la importación aérea socava el volumen global del tráfico de carga aérea mexicano.
Transición y costos en infraestructura
El traslado de operaciones de carga desde el Aeropuerto Internacional Benito Juárez (AICM) hacia el AIFA ha generado fricción operativa. La infraestructura del nuevo aeropuerto aún enfrenta limitaciones: aduanas insuficientes, recintos fiscalizados incompletos y conectividad terrestre aún en desarrollo. (A21) Algunas empresas optaron por reducir sus operaciones en México al considerar los costos y complicaciones operativas.
Envejecimiento de rutas y competencia de otros modos
El costo de operar rutas aéreas largas con volúmenes moderados es elevado. Frente a eso, algunas cargas optan por ferrocarril o transporte terrestre combinado, especialmente en distancias intermedias. La competencia modal y los costos logísticos están haciendo que el transporte aérea pierda terreno en ciertos nichos.
Proyección para octubre-diciembre: luces y sombras
Para el cierre de 2025, el escenario no es halagüeño, pero tampoco está predeterminado. Algunos puntos clave que marcarán el rumbo:
- Recuperación del segmento doméstico: es el que tiene más oportunidad de crecimiento si las aerolíneas ajustan frecuencias, rutas internas y optimizan operaciones de corto alcance.
- Cautela en inversión internacional: los operadores extranjeros podrían posponer expansión hasta ver señales claras de recuperación global y de estabilidad operativa en México.
- Incentivos y políticas públicas: medidas como exenciones fiscales para transporte aéreo de carga, mejoras en aduanas y nuevos recintos fiscalizados pueden incentivar recuperación.
- Estrategias híbridas: el uso de rutas mixtas (aire + tierra) podría ganar fuerza, sobre todo en redes donde la densidad de carga no justifique vuelos directos.
Si el mercado logra estabilizar los costos operativos y resolver cuellos de botella en infraestructura, podría cerrarse el año con una recuperación parcial. Pero para remontar la caída acumulada requerirá un jalón fuerte en el último trimestre.