
En el escenario global del transporte público, Hong Kong se ha consolidado como la ciudad con el sistema más eficiente y valorado del mundo, de acuerdo con un estudio reciente publicado por la revista Time Out. Esta distinción no es casualidad: se basa en décadas de planeación, inversión estratégica e integración tecnológica que han hecho del transporte en Hong Kong un verdadero modelo a seguir.
Una encuesta que refleja la percepción ciudadana
La encuesta, que reunió las opiniones de más de 18,500 personas en 50 ciudades, preguntó a los habitantes cómo evaluaban su sistema de transporte público. En Hong Kong, el 98% de los encuestados calificó el sistema como “bueno” o “increíble”, lo que lo colocó en el primer lugar del ranking mundial, por encima de metrópolis como Berlín, Tokio y Singapur.
¿Qué hace tan eficiente al transporte público de Hong Kong?
El éxito del sistema de transporte en Hong Kong se basa en cinco factores clave:
- Cobertura total: El sistema cubre no solo el área urbana central, sino también los Nuevos Territorios y la región de Kowloon, facilitando la movilidad entre zonas residenciales, comerciales e industriales.
- Multimodalidad integrada: A través del Mass Transit Railway (MTR), una red ferroviaria que combina trenes urbanos, suburbanos y de enlace aeroportuario, se complementan servicios de tranvías de dos pisos, autobuses públicos y privados, y minibuses que llegan a zonas de difícil acceso.
- Puntualidad y frecuencia: El sistema está diseñado para minimizar tiempos de espera. Por ejemplo, en hora pico, los trenes del MTR circulan cada 2 a 3 minutos con un índice de puntualidad superior al 99%.
- Tecnología al servicio del usuario: La tarjeta Octopus, pionera en pagos sin contacto, permite a los usuarios pagar trenes, autobuses, ferries y hasta en tiendas de conveniencia. Esto reduce tiempos de abordaje y mejora la experiencia del usuario.
- Seguridad y mantenimiento constante: La limpieza, vigilancia y mantenimiento constante de las unidades e instalaciones refuerzan la confianza del público, algo que destaca frente a otros sistemas donde el deterioro o la inseguridad generan rechazo ciudadano.
Lecciones para otras ciudades
El caso de Hong Kong demuestra que un sistema de transporte público exitoso requiere algo más que infraestructura: necesita visión de largo plazo, voluntad política y priorización del usuario. Para ciudades mexicanas con desafíos de movilidad como la CDMX, Monterrey o Guadalajara, este modelo ofrece valiosas lecciones sobre integración tarifaria, eficiencia operativa y acceso equitativo.
Además, en un contexto global donde se promueve la movilidad sostenible para reducir emisiones y congestión vehicular, la experiencia de Hong Kong sirve como ejemplo de cómo un transporte público bien gestionado puede convertirse en el eje de una ciudad más habitable, eficiente y justa.