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El Tren Interurbano México–Toluca se dispara: triplica su pasaje y redefine la movilidad del Valle de México

El crecimiento del Tren Interurbano México–Toluca “El Insurgente” ya no es una estadística decorativa: es un mensaje contundente sobre cómo desean moverse los habitantes del Valle de México. En lo que va del año, el sistema ferroviario triplicó su cantidad de usuarios, alcanzando 5.48 millones de pasajeros, un salto de 193.6% frente al mismo periodo de 2024. Con ello, el tren se posiciona como el segundo sistema ferroviario de pasajeros más utilizado del país, sólo por debajo del Tren Suburbano.

Un repunte que confirma su valor estratégico

La demanda creciente no es casual. La ruta entre Toluca y la zona poniente de la CDMX resuelve uno de los corredores laborales más saturados de la región. Al ofrecer tiempos de traslado competitivos, mayor confiabilidad y un costo accesible, el tren se convirtió en una alternativa real frente al tráfico interminable y el desgaste constante del transporte carretero.
Además, la progresiva apertura de estaciones y mejoras operativas han fortalecido la percepción de seguridad y eficiencia, factores clave para que los pasajeros adopten este tipo de infraestructura.

Entre el éxito y los retos estructurales

Pese al hito, el tren todavía opera con una limitante evidente: la conexión final hacia Observatorio permanece en obra y se prevé que concluya a inicios de 2026. Esta extensión es vital para integrar el sistema a la red metropolitana de movilidad —Metro, RTP, Metrobús— y consolidarlo como una solución completa para los traslados interurbanos.
Asimismo, el crecimiento acelerado presiona la disponibilidad de trenes, frecuencias y mantenimiento. El desafío es evitar la saturación que suelen experimentar sistemas exitosos cuando superan rápidamente su capacidad de diseño.

Un cambio de paradigma en la movilidad regional

El caso del Tren México–Toluca demuestra que, cuando existe infraestructura moderna, conectividad adecuada y un servicio confiable, los usuarios se mueven sin dudar hacia alternativas más sustentables. La caída en tiempos de traslado, el ahorro en combustible y la reducción de tráfico en vías como la autopista México–Toluca apuntan a beneficios que ya se sienten en la región.
El repunte también reacondiciona la conversación sobre movilidad en la CDMX: los trenes interurbanos ya no son proyectos aspiracionales, sino herramientas reales para descongestionar ciudades y ofrecer opciones eficientes a usuarios que, antes, sólo tenían el automóvil o el autobús como alternativas.


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