
Correos de México anunció la suspensión temporal de todos los envíos postales y paquetería hacia Estados Unidos. La razón es clara: el fin abrupto de la exención arancelaria “de minimis” —que permitía que paquetes menores a 800 USD entraran libres de impuestos— genera un vacío en protocolos, costos y responsabilidades. La decisión busca evitar un caos logístico y legal mientras se aclaran las nuevas reglas.
¿Qué motivó la suspensión?
- La exención “de minimis” terminó el 29 de agosto de 2025, afectando todos los envíos extranjeros, sin importar su valor.
- Falta claridad sobre quién recauda los aranceles, cómo se calculan y quién absorbe el costo: ¿el remitente en México o el destinatario en EE.UU.?
- México no es el único en reaccionar: Alemania, Francia, Japón, Australia y la Unión Europea también pausaron sus envíos postales a EE.UU. en señal de cautela.
El impacto en la vida cotidiana
El freno no es un tecnicismo burocrático, sino un golpe directo al consumidor:
- Familias que acostumbraban mandar cartas, fotografías o pequeños paquetes quedaron varadas en ventanilla.
- Pequeños emprendedores que enviaban artesanías, textiles o productos gourmet vía postal ahora ven cerrada una de sus rutas más accesibles y económicas.
El golpe al comercio y la logística
Más allá del drama humano, la suspensión mete ruido en el engranaje económico:
- PYMEs en jaque: artesanos, vendedores en marketplaces y pequeños exportadores pierden competitividad inmediata. El correo postal era su “puente económico” hacia clientes estadounidenses, un mercado natural por proximidad y demanda.
- Costos al alza: la alternativa inmediata son mensajerías privadas (FedEx, DHL, UPS), pero con tarifas hasta 300 % más altas en envíos pequeños, lo que pulveriza márgenes de microexportadores.
- Desajuste en la cadena logística: empresas que utilizaban el correo como complemento de sus cadenas de suministro ahora deben redirigir volúmenes, saturando otros operadores y encareciendo la última milla.
- Efecto en la balanza comercial menor, pero sensible: si bien el impacto macro en exportaciones es limitado frente a sectores como automotriz o agroindustrial, en el terreno de e-commerce transfronterizo es un golpe directo al dinamismo.
Negociación en curso: ¿pausa o nueva normalidad?
El gobierno mexicano informó que mantiene conversaciones con Washington y con organismos postales internacionales para definir un esquema que no asfixie al pequeño comercio. La estrategia es clara: comprar tiempo mientras se negocia certidumbre.
En paralelo, la medida envía un mensaje político: México no improvisa ni se deja arrastrar por la unilateralidad de Washington; juega con la pausa como carta de presión.
Conclusión: la logística en punto muerto
La suspensión de envíos postales a EE.UU. es un recordatorio brutal de cómo la política comercial impacta al día a día:
- Para las familias, son cartas que no llegan.
- Para las PYMEs, son ventas que se esfuman.
- Para la logística, es un flujo que se corta en seco y obliga a redibujar mapas de distribución.
En el tablero binacional, la pregunta no es si volverán los envíos, sino bajo qué reglas y a qué costo. Mientras tanto, el ecosistema de comercio transfronterizo mexicano enfrenta un desafío: reinventar su estrategia de última milla o quedarse fuera del juego.
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