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Arancel del 25% a camiones pesados en EE. UU.: ¿golpe también para México?

Hoy entra en vigor el nuevo arancel del 25% a la importación de camiones medianos y pesados en Estados Unidos. La medida, impulsada por el presidente Donald Trump, busca “proteger” a los fabricantes nacionales, pero su impacto podría ir mucho más allá: encarecer precios de unidades, frenar la renovación de flotas y poner en jaque a exportadores mexicanos.


¿México entra en la medida?

Aunque en el anuncio oficial no se especificó con claridad si México y Canadá quedaban exentos bajo el T-MEC, la mayoría de analistas y medios especializados en logística y transporte coinciden en que el arancel sí alcanzará a unidades fabricadas en México. La intención de la Casa Blanca es gravar todo camión pesado “fabricado en el extranjero”, salvo excepciones que aún no se han anunciado.

México es el principal proveedor de tractocamiones hacia el mercado estadounidense. De confirmarse la inclusión, los exportadores mexicanos —Daimler, Kenworth, International y Volkswagen Truck & Bus— enfrentarán un escenario adverso. Sin exención, los camiones ensamblados en México llegarían a EE. UU. con un sobreprecio de 25%, lo que los haría menos competitivos frente a la producción doméstica estadounidense.


Efecto en los precios de las flotas

El impacto inmediato es aritmético: un camión que hoy cuesta entre 180,000 y 220,000 dólares subiría entre 45,000 y 55,000 dólares si el arancel se aplica en su totalidad. Las asociaciones de transporte en EE. UU. calculan que el alza final para los clientes podría rondar los 30,000 dólares por unidad, considerando que algunos fabricantes absorberán una parte en sus márgenes.

Para las flotas, esto significa que renovar equipos será mucho más costoso. Muchas empresas optarían por extender la vida útil de sus camiones actuales, lo que derivará en parques vehiculares más viejos, mayores costos de mantenimiento y menor eficiencia energética. También podría frenarse la transición hacia vehículos eléctricos y de bajas emisiones, ya de por sí encarecidos.


El mercado reacciona

Tras el anuncio, las acciones de fabricantes con producción en EE. UU., como Paccar (Peterbilt y Kenworth), subieron, mientras que compañías como Daimler Truck y Traton (Volkswagen) registraron caídas. El mensaje del mercado fue claro: ganarán quienes tengan más contenido local y perderán quienes dependan de México o Europa para surtir al mercado estadounidense.

En paralelo, cámaras empresariales y la American Trucking Associations advirtieron que este arancel presionará precios al consumidor, encarecerá la logística y podría provocar más inflación en bienes transportados por carretera.


Escenarios para México

Si México queda incluido, las exportaciones de camiones pesados se verán golpeadas de manera inmediata. La única defensa posible es demostrar cumplimiento estricto de reglas de origen bajo el T-MEC o reubicar procesos críticos de ensamble en territorio estadounidense para evitar el impuesto.

Los fabricantes en México deberán también replantear sus planes de inversión y revisar contratos de exportación. De lo contrario, podrían perder cuota en el mercado más grande del mundo para vehículos pesados.


Conclusión

El arancel del 25% a camiones pesados no es un movimiento aislado: es parte de un giro proteccionista que busca repatriar producción. Para los transportistas estadounidenses, la medida se traduce en camiones más caros y flotas envejecidas. Para México, representa una amenaza directa a su papel como hub exportador de pesados.

El costo final lo pagarán, inevitablemente, los usuarios de las carreteras: bienes más caros, logística más lenta y empresas transportistas con menos margen para competir.


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