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¿A dónde va el huachicol incautado en México?

Cada año, autoridades mexicanas aseguran miles de litros de combustible robado, mejor conocido como huachicol, producto del robo a ductos de Pemex y otras formas de extracción ilegal. Sin embargo, pocas veces se informa con claridad qué ocurre con este combustible incautado. Un reciente reportaje de Yahoo Noticias aclara el proceso y revela datos importantes sobre el manejo del huachicol asegurado.


⚖️ El destino legal del huachicol

El combustible asegurado no se destruye automáticamente ni se regresa a su origen original (como gasolineras o ductos). En su lugar, se canaliza a través de los siguientes procesos:

  1. Custodia por parte del SAT
    • El hidrocarburo asegurado queda bajo resguardo del Servicio de Administración Tributaria (SAT), a través de la Administración General de Aduanas.
    • Este procedimiento obedece a normas fiscales y de comercio, al considerarse mercancía de importación ilegal o producto de actividad ilícita.
  2. Evaluación y dictamen técnico
    • Se somete a verificación física y técnica para evaluar su composición y determinar si es apto para su reaprovechamiento.
  3. Subasta o transferencia institucional
    • Si es apto para uso, el combustible puede ser subastado por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP).
    • También puede ser canalizado a dependencias federales, como Sedena, Guardia Nacional o Pemex, para su aprovechamiento en flotas oficiales.
  4. Destrucción
    • En caso de que el producto esté contaminado o no sea seguro para uso, se ordena su destrucción mediante procedimientos especializados, generalmente por incineración o tratamiento químico.

📊 Cifras destacadas

  • Tan solo en 2023, el gobierno federal recuperó más de 6 millones de litros de combustible robado.
  • La mayoría del huachicol incautado es diésel y gasolina Magna, aunque también se han asegurado combustibles adulterados o mezclas peligrosas.

🚨 Implicaciones para el sector transporte

El huachicol incautado es evidencia del mercado negro que continúa abasteciendo de forma ilegal a unidades de transporte, muchas veces a precios más bajos. Esto genera una competencia desleal para empresas formales y también riesgos operativos:

  • Motores dañados por combustibles adulterados.
  • Pérdida de garantías por uso de productos no certificados.
  • Vínculos indirectos con actividades delictivas, lo que podría derivar en sanciones legales o decomisos.

El destino del huachicol incautado en México se gestiona a través de un marco legal que busca transparencia y utilidad pública. Sin embargo, la raíz del problema —el robo de combustible— sigue latente, especialmente en zonas clave para el transporte de carga como Guanajuato, Puebla, Hidalgo y Veracruz.

Para transportistas, la mejor estrategia sigue siendo mantenerse en la legalidad, exigir facturas válidas de combustibles y reportar cualquier intento de comercialización ilegal.

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